España necesita abrir un periodo de Libertad Constituyente para elaborar una constitución, porque España no tiene constitución.

 

En España no hay Libertad Política Colectiva, y esta es la prueba de que no hay una verdadera constitución que separe los poderes Legislativo y Ejecutivo. Técnicamente, el documento jurídico que existe en España desde 1978 es una Carta otorgada o Ley fundamental. Lo cual, es únicamente en esta realidad donde podemos encontrar las causas políticas de lo que nos acontece en el terreno público, y siendo prueba de lo enunciado, la corrupción institucional como vemos es inevitable, infinita y sistemática, provocando en los gobernados, no sólo consecuencias materiales, sino, moralmente, la división de la conciencia social de los españoles. 

De esta esta introducción, que nos abre la puerta y nos lleva a la raíz más profunda del problema político, tenemos la prueba y el hecho de obviedad absoluta, indesmentible, de que en España no hay democracia. Para saber la forma de gobierno que existe, desde 1978, hay que acudir a la sentencia que nos ofrece la más alta inteligencia política en Europa, que es el Tribunal Constitucional de la jurisprudencia de Bonn, el cual, lo define como Estado de partidos. La persona que trae esta definición exacta de la forma de gobierno a España es el primer presidente del Tribunal Constitucional Manuel García Pelayo. Este apunte nos hará penetrar más a fondo en los detalles de la verdad política para determinar otro hecho, y es que, los españoles, no están representados políticamente por nadie ante el poder; que las urnas de la Partitocracia no son para elegir gobernantes, sino que son unas votaciones, un refrendo de listas de empleado de partido, para legitimar el REPARTO de poder entre los partidos estatales. El fundamento de la Partitocracia, según los defensores y promotores de esta forma de gobierno en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, señala que el objetivo que procura esta forma de gobierno no es ya la tradicional representación política liberal del elector sino la integración de las masas en el Estado mediante las facciones, que una vez introducidas en el Estado, son quienes ostentan la acción política legal, definiéndoles como órganos permanentes del Estado. Este hecho nos muestra que el poder no se cambia votando a los partidos, ya que todos ellos ya están en el poder dentro del Estado. Realmente, votando a facciones estatales solo se apoya a que haya más reparto de poder, cargos y riquezas entre los oligarcas.

Teniendo en cuenta que los regímenes de poder no se pueden cambiar desde dentro, ya que cualquier corporación política que se integre será unicamente para dar más energía al Régimen, y puesto que nadie busca el poder para posteriormente destruirse, resulta una confusión muy generalizada en aquellos que piensan o creen que existen facciones que van a cambiar la forma política precisamente de la que se alimentan. Es algo que no existe ni podrá pasar nunca. Esta confusion se promueve mediante la propaganda, especialmente de los partidos estatales que se hacen llamar de izquierdas para animar al voto. Tal afirmación es falsa y es mentira, como digo, pura propaganda. En el Estado de partidos la única oposición política al poder, es decir, la única izquierda política, es toda aquella que se encuentra fuera de los límites de ese poder, que son los que marcan las facciones que hay dentro del Estado, esto es, los gobernados, la Nación contra el Estado. Entre las facciones reunidas en el Estado no puede haber oposición política, y porque la izquierda no es una ideología ni tampoco una forma de pensar, sino que es, como digo, una posición política fuera del poder, que procura cambiarlo, jamás un partido estatal puede ser ni será de izquierda, entonces la izquierda pertenece exclusivamente a la sociedad civil y no al Estado. Habría “izquierda política” si los partidos estuviesen civilizados y no fueran órganos del Estado y la conquista por el poder se diera desde la sociedad civil. En verdad, en España, todos los partidos estatales son de derecha o extrema derecha, porque, natural y evidentemente, siguiendo su conducta real, todos son conservadores de sus puestos y espacios de poder, y sobretodo, de sus privilegios, por ese mismo motivo, no podemos decir que existe una Monarquía parlamentaria, sino, como el poder está únicamente en los partidos políticos, y como estos conforman una oligarquía legal y administrativa dentro del Estado, la definición más exacta de la forma de Estado es una Monarquía de partidos u oligárquica.

Por lo tanto, en aquel caso en el que se quiera cambiar un átomo de lo que hay, es decir, ser de izquierdas, o progresista si así se quiere, y no conservador, practicar la ABSTENCIÓN ACTIVA en el barrio o el pueblo con los vecinos, aparte de ser un acto cívico responsable y de ser algo que requiere la perentoriedad inmediata, por el paupérrimo estado de las cosas, es el único ejercicio verdadero de oposición, pacífico y civilizado, sano y digno para decir NO al fraude público de las urnas de la Partitocracia, en la que absolutamente nadie tiene el poder o la facultad de cambiar un milímetro de la situacion política en las urnas. Cada español está en todo su derecho de no participar, ya que votar no es un DEBER CIVIL, como vende la propaganda estatal, sino un DERECHO POLÍTICO, y ganado con mucho sudor. Votar en la Partidocracia, sea a quien sea, es echar leña a la lumbre, y como se predica con el ejemplo, el mejor ejemplo de civismo es el de mostrar que se rechaza tal fraude público y mentira política. En conciencia, decírselo al vecino, a la familia y amigos, y agruparse y juntarse en vuestros lugares cotidianos para hacer una oposición real, y así, poder defenderse de la corrupción y el crimen de Estado de los partidos estatales. No votar a nadie y dejarlos solos con la ley, sin apoyo moral, tiene el cometido de apartarlos la LEGITIMIDAD o autoridad moral, es dejarlos en el vacío ignorados.

En conciencia, los españoles más dignos y valientes, los más inteligentes e íntegros públicamente, el Tercio Laocrático, los que no se manchan participando en el fraude y la mentira del Régimen del 78, forzarán la apertura de un período de Libertad Constituyente para echar a los partidos políticos del Estado, forzar a que regresen a la sociedad civil de donde nunca debieron salir, ese es el objetivo de la ABSTENCIÓN.

Nuevos principios y nuevos valores, otra moral pública, para cuidar las costumbres y tradiciones, para crear e innovar, para sanear lo que el Régimen de partidos ha consumido, es lo que a los españoles les debería de preocupar. Para proteger a la Nación española, su historia y su legado, que hoy está desamparada políticamente en manos de un poder descontrolado por la ausencia de Democracia. El espíritu público en España está muerto, y no ha sido el paso tiempo quien lo ha matado. No es lo peor que la prevaricación constante, la cotidiana malversación de los fondos públicos y la corrupción como factor de gobierno y por sistema, haya destrozado todo lo relativo a la economía, ya que lo material es un asunto recuperable y se puede sanear en un futuro con unas instituciones indemnes y robustas, lo infinitamente crudo y lo que produce verdadero espanto es la depravación y degeneración de la moral de los españoles. España ha sido gobernada por ladrones y millones de españoles lo han corroborado y lo corroboran en las urnas. Ese es el asunto que aquí se quiere denunciar. La mentira y el fraude público del que llevan millones de españoles participando, participando de su propia ruina, es lo que se apoya en la urna del Estado de partidos. Y aunque se niegue y se pongan las causas, cuales quiera de ellas, en opiniones personales, en ideologías u otros argumentos banales, los efectos y las consecuencias serán las mismas. No por inventarse excusas y vivir mirando para otro lado, por la vergüenza y la desazón que produce aceptar tal empresa, va hacer que las causas de lo anteriormente dicho cambien. Los efectos de la Partitocracia no se pueden tapar, la verdad está ahí, delante de nosotros, es esa que brilla y da en el rostro cuando la miramos, es una y es la misma para todos.

¡LIBERTAD CONSTITUYENTE!

 

Antonio HR, miercoles 7 de septiembre de 2022.

2 comentarios de “España necesita abrir un periodo de Libertad Constituyente para elaborar una constitución, porque España no tiene constitución

  1. Asunción Morata Cano dice:

    Hola se poco de política ,pero lo que e leido tiene mucha lógica y me a agradado mucho leerlo ,pues lo desconocía ,a los españoles nos tienen ciegos perdidos y no les interesa que los abramos ,hojos que no ven ,corazón que no sienten.

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