España necesita abrir un periodo de Libertad Constituyente para elaborar una constitución, porque España no tiene constitución.

 

Temas. La libertad política Colectiva. Periodo de libertad Constituyente. Derechos y libertades individuales. Democracia Formal o representativa. Constitución. Separación de poderes y representación política. División social. Estado y Nación. Estado de partidos. Partidos estatales. Sistema proporcional de listas. Reforma. Izquierda política. Oposición. Corrupción. Abstención.  

 

Es una equivocación generalizada por prácticamente la mayoría de los españoles, el considerar que existe libertad en España. En España no hay Libertad Política Colectiva, todos los derechos y libertades individuales que poseen los españoles son permisos o autorizaciones, siempre individuales, de derechos subjetivos promulgados generalmente mediante leyes, las cuales las dicta el propio Ejecutivo. Esto es, son facultades otorgadas por el poder del Estado. Y esta es la magna prueba de que no hay una verdadera constitución que separe los poderes Legislativo y Ejecutivo. Y como la creación, modificación o promulgación de las leyes debe de ser un asunto únicamente de la Nación y no del Estado, en rigor constitucional, técnicamente, el documento jurídico que existe en España desde 1978 es una Carta otorgada o Ley fundamental, que, con respecto del Derecho, no es ni practicable o vinculante por ningún juez, es decir, que no se puede poner en vigor; de hecho, nunca lo ha estado. Es únicamente en esta realidad donde podemos encontrar el germen y las causas políticas del estado actual de las cosas y desde 1978. Siendo prueba de lo enunciado, la corrupción institucional como vemos es inevitable, infinita y sistemática, provocando en los gobernados, no sólo consecuencias materiales, sino, un efecto corrosivo en las conductas sociales, por ejemplo: la división de la conciencia social de los españoles.

Si a esta somera, pero clara introducción, que nos ayuda y nos lleva a la raíz del problema político, la ausencia de libertad política Colectiva o Constituyente, no es lo suficientemente propia ni extensa como para describir todos los defectos de la forma política que hay en España, en cambio, sin entrar en la descripción de las instituciones y todas sus estructuras funcionales, sí podemos sacar otra realidad no poco menos importante, y es el hecho incontrovertible de que en España no hay ni existe democracia. Para profundizar más en este aspecto, y para definir exactamente la forma de gobierno vigente actualmente que existe desde 1978, hay que acudir a la sentencia que nos ofrece la más alta inteligencia política en Europa, que es el Tribunal Constitucional de la jurisprudencia de Bonn, el cual, define a esta forma política como Estado de partidos.

La persona que trae esta definición a España es el primer presidente del Tribunal Constitucional Manuel García Pelayo. Que es una forma de gobierno que nace y se concibe, según sus defensores, para impedir y rechazar cualquier tipo de representación política Libertad política y representación del ciudadano dentro de sus mecanismos institucionales, y así veremos que, a pesar de lo que la propaganda y los mítines partidistas manifiestan aludiendo a su representación hacia la sociedad civil, ningún español está representado políticamente por nadie ante el poder. Y esto es así no por apetencia o valoración personal, sino precisamente porque la intención política que pretende la tesis oficial en boga con la llegada de esta forma de gobierno del Estado de partidos, a Europa después de la IIGM y a España a la muerte del Dictador, no es la representación, sino, la integración de los gobernados en el Estado (integración de las masas en el Estado), el pueblo gobernado se siente identificado, y no representado, una vez estas corporaciones políticas han sido incrustadas en del Estado (órganos permanentes del Estado), que es exactamente el cometido que busca la doctrina de los fascismos a principios de siglo XX impulsada en Italia y luego en Alemania en el régimen de Nacionalsocialista (“todo para el Estado, nada fuera del Estado, todo dentro del Estado”, Benito Mussolini, 1923). Las instituciones del Estado de partidos o Partidocracia, como se conoce más vulgarmente, no disponen de ningún mecanismo para poder representar a nadie, ni siquiera a la propia clase estatal, los cuales, son simples empleados de partido que obedecen órdenes del jefe que les puso en ese cargo.

Esta introducción nos sirve para concretar y situarnos en unos asuntos esenciales para poder entender y dar sentido a lo que este artículo pretende señalar, que son la ausencia de libertad, la ausencia de democracia y la existencia de una forma de gobierno que no es representante ni representativa de la sociedad gobernada como causas esenciales de los problemas sociopolíticos que hoy existen en España. Pero hay una nota más que no es de menor importancia para lo que voy a decir posteriormente; me refiero al sistema electoral, el sistema proporcional de listas. Las urnas de la Partitocracia, al contrario de lo que una inmensa masa de españoles piensa o cree, no son para elegir gobernantes ni representantes políticos, son únicamente para legitimar el poder de esos partidos estatales (órganos permanentes del Estado) ratificando listas de empleados de partido que ha elegido el jefe de partido, no el elector. Esta forma electoral hace la función, como define su propio nombre, de establecer un reparto de poder entre las facciones estatales, que conviven y se desarrollan dentro de las instituciones independientemente de lo que las ideologías, los intereses o las intenciones de los electores tengan. El poder está únicamente en los partidos, no en ningún otro lugar más del edificio político. Lo cual es fácil deducir que el hecho participativo, es decir, votando a facciones estatales, solo sirve para apoyar y dar fuerza a que haya más reparto entre la clase estatal ya en el poder (oligarcas).

Es un asunto obvio y fácil de entender para el que piensa lo mínimo, que los regímenes políticos no se pueden cambiar desde dentro, no hay posibilidad de reforma como en repetidas ocasiones oímos. Esta idea propagandística es una confusión promovida especialmente por los partidos estatales que se hacen llamar de izquierdas, para animar al voto, tal afirmación es falsa, esto no ha ocurrido jamás en la historia ni puede ocurrir, ya que el que entra a participar dentro del juego político es naturalmente para reforzarlo y aportar nuevas energías. Se ha podido ver en la trayectoria de determinadas facciones, que al integrarse en el Estado han seguido funcionando al compás de las instituciones establecidas, no sólo acompañando, sino viviendo de ellas y defendiéndolas, como sucede en España en el caso de los partidos llamados “comunistas” o republicanos”, con un objetivo fantástico, más bien propagandístico, de república o socialista, en cambio, disfrutando de los privilegios que les ofrece la Monarquía y una forma política que es autoritaria.

 

(Imágenes de las manifestaciones de la Junta Democrática de España en el año 1976 en la ciudad de Sevilla organizadas por su promotor Antonio García-Trevijano Forte tras salir de la cárcel). La izquierda política u oposición del momento.

 

No existe pues oposición política La verdadera oposición, la Junta Democrática de España y la izquierda política actual propiamente dicho, todos los partidos ocupan una plaza o posición legal en el poder, en el Estado, precisamente de quien los gobernados deben de defenderse. No podemos ir a otro lugar a encontrar una verdadera oposición para que pueda existir la política como tal, si no es allí donde no se encuentre el poder, es decir, en los gobernados. La única oposición pues a lo que hay es la propia Nación, es la Nación contra el Estado, que carece como hemos visto antes detalladamente de medios ni herramientas para defender sus intereses ante los posibles abusos (de hecho, desde 1978 exageradamente constantes). Sus derechos, que son confundidos con la libertad, no están garantizados jurídicamente al no existir una constitución. Esas mismas personas que acuden a la participación en las urnas, quienes apoyan a las facciones estatales, con las cuales deberían estar en contra y considerarlas enemigas, no por ideología, sino porque estando dentro del Estado no pueden mirar por los intereses de ellos que son la sociedad civil. La izquierda política, en tanto en cuanto la sociedad civil no sea capaz de agruparse y realizar grupos de fuerza organizada (partidos societarios, que era su condición original) al margen de la legalidad vigente, que es la que ostentan los partidos del Estado, no podrá existir la “izquierda política”. Realmente la izquierda política en España es una ficción propagandística que no responde a la conducta política de lo existente.

La “izquierda política” no es una ideología ni tampoco una forma de pensar, que es la concepción tradicional de los españoles desde la Guerra civil al sentido de “izquierda”, por la errónea consideración de que, como los partidos naturalmente deben de ser ideológicos y se ha dicho siempre que a la “izquierda” le pertenecen las ideas y a la “derecha” el poder, hoy se relaciona la izquierda como si fuera un tipo de pensamiento particular y no es verdad. Correctamente, antaño a los partidos societarios, se les podía llamar de “izquierda” porque la lucha por el poder se situaba en una posición fuera del Estado para llegar a él, no eran financiados por el estado sino por sus afiliados, pero eso hoy ya no existe. Lo que tiene que saber el lector es que lo que hoy se dice equivocadamente “izquierda política”, en un Estado de partidos o Partidocracia, realmente es una posición política dentro del poder, dentro pues del Estado, que no procura cambiar la naturaleza de esa relación de poder, sino que la conserva, la refuerza y la legitima, a pesar de la propaganda y lo que quieran defender sus acérrimos devotos son conservadores, no pueden ser jamás “oposición” estando dentro de los límites de dominación. Jamás un partido estatal puede ser ni será de izquierda. Habría “izquierda política” si los partidos estuviesen civilizados y no fueran órganos del Estado y la conquista por el poder se diera desde la sociedad civil. 

En España todos los partidos estatales Los partidos políticos estatales. son de derecha o extrema derecha, todos son conservadores de la Monarquía de partidos, de origen franquista. Todos son corruptos desde el momento que abandonan la sociedad civil para ser financiados con dinero público. Los partidos estatales no son de derechas por el origen franquista de la Monarquía que conforman y legitiman, que también podríamos decir así, por el hecho de que algunos de ellos no se movieron nunca de ahí, sino porque todos, también los añadidos en la Ley para la Reforma política de 1977, todos sin excepción, se sitúan en la posición dentro del poder, por eso son CONSERVADORES de la forma de Estado y de gobierno que hay establecida, impidiendo la libertad política Colectiva de los españoles. Esto es un mensaje para el iluso que cree que vota a la “izquierda” o que se puede arreglar el régimen con una reforma desde dentro. 

España ha sido gobernada por ladrones y millones de españoles lo han corroborado y lo corroboran en las urnas. La mentira y el fraude público del que llevan millones de españoles participando, fingiendo e imitando a la clase en el poder, sus prácticas corruptas y su vocabulario perverso y degenerado, delata la participación en su propia ruina, y eso es lo que se apoya en la urna del Estado de partidos. A pesar de aquel que lo niegue, y ponga las causas en opiniones personales, en ideologías u otros argumentos banales, los efectos son los mismos. Cualquier excusa que se quiera poner no puede con lo anterior citado. El acto de vivir mirando para otro lado, por la vergüenza y la desazón que produce aceptar tal empresa, aunque no se quiera ver, la evidencia es la misma, los efectos de la Partitocracia no se pueden tapar, la verdad está ahí, delante de nosotros, es esa que brilla y da en el rostro cuando la miramos, es una y es la misma para todos. Los españoles no pueden decir que nadie les está mintiendo, la verdad no está escondida. Es una “pasión de servidumbre”.

En conciencia, los españoles más dignos y valientes, los más preocupados realmente por la ausencia de libertad y democracia y las consecuencias a las que nos ha llevado el Régimen de los partidos, deben NO VOTAR, por dignidad. Los más íntegros públicamente, el Tercio Laocrático, los que no se manchan participando en el fraude de las urnas sin representación ni elección, forzarán a abrir un período de Libertad Constituyente para echar a los partidos políticos del Estado, obligar a que regresen a la sociedad civil de donde nunca debieron salir. Nuevos principios y nuevos valores para cuidar las costumbres y tradiciones, para crear e innovar, para sanear lo que el Régimen de partidos ha consumido, que solo puede darse, no con una reforma, por lo anteriormente explicado, sino con la apertura de un periodo de libertad Constituyente. Para proteger a la Nación española su historia y su legado, para devolver a los españoles que viven en el territorio nacional español la conciencia de nación que hoy han perdido (separatismos). La nación española está hoy desamparada políticamente en manos de un poder descontrolado por la ausencia de una constitución en vigor.

En España está todo muerto, no podrido, muerto, y no ha sido el paso tiempo quien lo ha matado, ha sido la prevaricación constante, la cotidiana e infinita corrupción como un factor de gobierno desde 1978, fenómeno fundamental y funcional en el Estado de partidos y que es impulsada por una corrupción moral que es mucho mayor que ninguna de las demás corrupciones, y que es un factor decisivo y determinante para que pueda existir cualquier otro tipo de corrupción. Lo primero es la libertad Colectiva o Constituyente. 

¡LIBERTAD CONSTITUYENTE! 

 

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Antonio HR, miercoles 7 de septiembre de 2022.

8 comentarios de “España necesita abrir un periodo de Libertad Constituyente para elaborar una constitución, porque España no tiene constitución

  1. Asunción Morata Cano dice:

    Hola se poco de política ,pero lo que e leido tiene mucha lógica y me a agradado mucho leerlo ,pues lo desconocía ,a los españoles nos tienen ciegos perdidos y no les interesa que los abramos ,hojos que no ven ,corazón que no sienten.

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