La verdadera oposición, la Junta Democrática de España y la izquierda política actual.

 

La Junta Democrática de España, creada y promovida por el principal opositor a la Dictadura del Régimen de Franco, Antonio García-Trevijano Forte, y que posteriormente se llamó La Platajunta, tras la unión con la Plataforma de Convergencia, se disolvió tras la TRAICIÓN del aparato del Partido Comunista de Santiago Carrillo, el cual, tomó la decisión de pactar con el poder establecido, sucesor del Régimen de Franco y presidido primeramente con la Dictadura de Arias Navarro y posteriormente por la presidencia impuesta por el mismo Rey Juan Carlos de Borbón de Adolfo Suárez, rechazando así la RUPTURA DEMOCRÁTICA, principal y fundamental principio, objetivo y consigna de la Junta Democrática, aceptando la Monarquía instaurada por Franco y aceptando la Reforma política del Régimen establecido propuesta por los herederos del Dictador que desembocó en la legalización del Partido Comunista y el Estado de partidos actual. 

Es por ese hecho histórico en España, que la integración de los partidos societarios clandestinos en la Dictadura en el seno del Estado, adquirieran una cualidad, una naturaleza y una condición jurídica ESTATAL, la misma condición que lo era el partido único de Franco, Falange y Requeté, partidos estatales, y con este hecho pusiera fin, con ese consenso político, a la única izquierda política posible existencial que existía hasta ese momento en España; al igual que, estos pactos entre antiguos enemigos, evitaran pues definitivamente que en España pudiera haber habido un período de Libertad Constituyente y con ello se llegara a la Democracia. Tanto estos pactos como lo acordado y firmado en los estatutos de la Junta Democrática, constataron un hecho de TRAICIÓN a todos los principios defendidos por estas corporaciones en la clandestinidad durante los casi cuarenta años de Dictadura, a todos sus militantes y afines y a la única posición política de la izquierda española, revolucionaria, dejándoles así huérfanos de medios políticos para su expresión. Volviéndose todos REFORMISTAS, hoy y desde aquel hecho histórico, no existe la izquierda política en España. Hay una izquierda social huérfanos políticos, la cual, muchos al votar, creen estar defendiendo ingenua o malintencionadamente, como son aquellas personas que con aires de oportunismo en intención de reparto del botín (poderes, cargos y dinero) dicen querer un cambio votando a partidos instalados ya en el poder del mismo Estado Administrativo de Franco.

Los estatutos que el abogado granadino García-Trevijano crea y promueve para la única Junta Democrática de España que ha existido hasta hoy, como única oposición al Régimen establecido, posición política de izquierda, es decir, movimiento popular para el cambio o revolución política contra el partido único o facciones dentro del Estado, para forzar la RUPTURA DEMOCRÁTICA, fueron traicionados por todos los partidos políticos sin excepción, que, como nos dicen los hechos y las pruebas fácticas, la prensa del momento y la hemeroteca, fueron firmados uno a uno en el despacho de su creador García-Trevijano por las corporaciones políticas clandestinas del momento con objetivo de dicha RUPTURA. Es por eso que hoy no hay Democracia en España. 

Hoy no existe ninguna Junta Democrática, no existe ninguna fuerza política de oposición al Régimen establecido de los partidos estatales, o, mejor dicho, de las facciones estatales que conforman la veda legal del Estado, es decir, la Derecha política. Es decir, todas las facciones a las que votan hoy millones de españoles, al igual que votaban a Franco, exactamente lo mismo, son de Derecha o extrema Derecha; conservadores de sus cargos, de sus privilegios y de su poder político. En España no existe la izquierda política desde que el Partido Comunista pacta con los franquistas y se hace facción estatal. La propaganda actual es un fenómeno de influencia, sin embargo, ajeno y totalmente diferente a la realidad pública, por eso no cabe opinión al respecto, porque se trata de un hecho, ya que nadie lucha contra sí mismo, eso no existe, no se puede pretender conservarse en el poder y a la vez ser oposición. El hecho político veraz y el que nos sirve para entender la actualidad política en España es el conservadurismo que evidencian todas las facciones estatales y el apoyo de todas ellas al establecimiento y mantenimiento de un Régimen, vertical y autoritario, como el anterior. Como digo, no existe hoy, todavía, ninguna fuerza clandestina popular, es decir, de izquierda, que haga oposición política al poder establecido de las facciones estatales. Lo más que podemos observar, son movimientos reaccionarios, independiente de los logotipos que dispongan, siempre dentro de la legalidad vigente, aferrados al coto del consenso y a la ideología imperante de la socialdemocracia

La única oposición política que pueda existir hoy, será aquella que, sin acompañarse de los medios estatales y el avance tecnológico, sin participar en ningún acontecimiento electoral ni mediático del Régimen, sin ser foco de mira de los medios que controla el Estado y evitando ser susceptible de ser absorbido por el mismo Régimen, naturalmente, mediante el pragmatismo consciente de oposición radical y no violenta a todas las facciones estatales, rechazando cualquier tipo de pacto o acuerdo con el poder establecido, tendrá que ir arropado por calor vecinal, de oreja a oreja, de vecino a vecino, desde aquellos lugares donde la polución de la corrupción no ha llegado y los aires de la naturaleza cuidan el lugar y guardan el espíritu sano de sus habitantes y hogareños, es donde podremos encontrar la luz del cambio y la salida de los apestosos y asquerosos lares del Estado de partidos

Todo lo que sea seguir participando, seguir votando a cualquier facción del Estado, todo conservadurismo y juego desde el interior del coto de lo establecido, todo movimiento reaccionario de asociaciones controladas por consignas y estatutos legales, todo movimiento o agrupación que se mueva “dentro de la legalidad vigente”, no es izquierda y no es oposición cierta y verdadera. Será corrupción también, toda oposición a un posible cambio y a una acción de izquierda política popular; será un acto también de corrupción y de conservación de lo establecido cualquier tipo de reforma. 

La verdadera oposición debe de surgir, naturalmente, conscientemente y sin agravios y disputas entre vecinos, con lealtad al lugar y a lo humano, para que sea así algo acogedor y fiable, responsable y sensato, en el calor de las comunidades vecinales y de los quehaceres cotidianos, en la amistad, familiaridad y compañerismo laboral; desde lo simple y lo sencillo; en el silencio, la reflexión y la cordura; en lo cordial, en lo cuerdo y lo discreto, para provocar una serena, objetiva y verdadera reflexión. No es posible oposición ninguna, si los que pretenden oponerse, son un espejo y desprenden el mismo hedor del mismo Régimen al que dicen combatir. No habrá cambio político, no habrá revolución, no habrá RUPTURA ni izquierda política dentro de la legalidad vigente, dentro de los medios que ofrecen las nuevas tecnologías y redes mediáticas y sociales; tampoco dentro de lo escandaloso y reaccionario; mucho menos en el seno de la ignorancia, lo incauto y lo impertinente.

 

Antonio HR, sábado 4 de febrero de 2023.

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