(En la foto, representa a la obra literaria “El pozo y el péndulo“, es un cuento corto, escrito por Edgar Allan Poe y publicado por primera vez en 1842; la historia trata sobre los tormentos sufridos por un prisionero de la Inquisición española).

 

 

 

El Régimen del péndulo, un juego degenerado para indignados y otros rufianes del Régimen. II Parte.

 

Ahora le toca a VOX. Otro Sánchez. ¿Quién y qué mantiene el Régimen del péndulo? Tras la ignominia de una Legislatura, deviene la ignominia de la siguiente. Así desde sus comienzos. Se prefiere probar otra vez más en lo malo conocido que decantarse por lo bueno a conocer. Por lo desconocido, es decir, la Democracia formal o Representativa. El paso atrás o lo más de lo mismo. La corrupción y la infamia. Las urnas de la Partidocracia, el malparado farolillo de los indignados y la infinita desquicie y locura de los obcecados y de los ciegos. Los aires borreguiles de las masas aturdidas por la constante mentira y degeneración de todo. Degeneración latente pero aún insignificante e indiferente para la mayoría, que, de hecho, aún la presta y la sostiene con su voto. La falta de valor para un posible cambio honesto, incapaz de asumir la naturaleza recalcitrante del juego e impulsado por la cerrazón y la mentira de los oportunistas, los cobardes y los soñadores. La extensión de la agonía generalizada. El momento de los que no quieren ver más allá de lo que ya se ha visto durante más de cuatro décadas. Los estancados. Lo podrido. Aquellos que aún creen en los Reyes Magos. Los que aún se niegan a dejar de votar, y que mucho se asemejan más, a aquellos peseteros vicios arcaicos del azahar y las cartas. El temor de esos que no quieren cambiar nada por pavor al cambio. El regocijo resignado de la vergüenza de los contumaces. Esos que la opción moral es seguir arrastrándose a la urna como siervos que son. Las pasiones de la servidumbre voluntaria.

 

 

Como no hay más alternativa, nada más que lo que ofrece el Estado, con el paso de los años, la habitación se va quedando sin aire, y el ambiente social, la habitación de la Nación española, es hoy un rincón extremadamente angustioso para cualquiera. La opción política es la que hay. Prueba irrebatible de que no hay Democracia. Una habitación en la que el consenso entre las opciones políticas cierra todas las ventanas de la sala. Clausura a todos los españoles de facto. Las consignas las ponen ellos. Prohibido pensar. En ese momento se precisa del efecto péndulo, manifestado en las urnas, impulsado y movido por la indignación pública. Indignación debida naturalmente al mal gobierno, y como siempre es un mal gobierno, es la indignación la piedra angular que da fuerza al péndulo para que se mueva y no pare. Primero el mal gobierno de unos, y cuando estos se han colmado de esquilmar y reventar todo durante la Legislatura, el péndulo cambia de lado y que pasen los otros hasta que se les acabe el tiempo, consiguiendo acumular en la otra orilla la misma cantidad de indignación, o más, que había en los comicios anteriores. Se pretende desde el propio Estado que no pare la rueda de la indignación, que es la que mueve al péndulo. Entonces, no es el gobierno de turno, sino el propio Régimen de poder establecido al que no le conviene la mejora, hecho que muestra la prueba ejemplar de porqué nunca mejore nada y sea todo languidez; como se puede ver al levantar la vista en cualquier rincón de España. ¿Cómo no va a ver corrupción si es la sangre para que pueda funcionar el Régimen de 1978? La trampa está en que, si cesa la corrupción, cesan los indignados y cesa el péndulo de las urnas que siempre está a ras de cuello de los gobernados, incluso a veces, el péndulo, pilla carne, y resulta que cada vez la pilla más a menudo. 

Hoy, en el ocaso del franquismo, las urnas son el suero del enfermo terminal de cáncer que es el Régimen de los partidos del Estado. Son fuerzas tercas malgastadas. Son el aliento para la continuidad de la degeneración del franquismo y la persistencia de su Reforma. Son la ponzoña para el recién nacido. Son el olor a muerto. El sepelio del futuro y de las generaciones venideras. ¿Acaso hay otra razón sana y sensata que no sea el morbo, la conveniencia y la corrupción moral, la gracia del juego de la Partidocracia? La mosca tonta del farolillo de una España dividida en ideologías que ya no existen, que murieron, que están obsoletas, que no corresponden a la realidad pública existente. Que huelen a muerto. El infantil, peligroso y propagandista juego de los colores de un pasado actual. Que no se ha superado. Pasado obsoleto para la oligarquía que hay dentro del Estado e inscrito en mayúsculas en la realidad de la conciencia social en todo momento. Los indignados de hoy, los herederos del 15-M actuales. Ahora los indignados son los otros. Y así siempre. ¿no veis por dentro el tedioso itinerario y el mecanismo del péndulo de la Partitocracia

Las siguientes votaciones a facciones estatales serán el último aliento de corrupción para el individuo perdido en el Estado de partidos. El último intento, la simpleza del fracaso inminente. La soga al cuello. La confianza ciega en la mentira contemplable. La soberbia en persona. El acicate emocional de la Partitocracia es el populismo rancio para los oídos agradecidos, que mediante las palabras que gusta oír se construye la aversión a la verdad. Es buena la confusión infinita para aquellos que votan, esa no despista, va acorde con el juego y no lo estropea, le da vida. La verdad objetiva se convierte en opinión para los infames. Lo relativo es una enfermedad cuando existe una realidad a la vista de todos. El voto por tradición vive el presente, no le importa las consecuencias ni las personas, y menos el futuro. No le indigna nada porque no ve, ni tampoco quiere ver. No sabe vivir de otra manera. La tradición en el voto es el extremo de los conservadurismos llevado a la más pura locura, será la expiración de los que van a nacer. La burda disposición cívica del crispado engallado, fanático y emocionado, con las listas de empleados de partido que no conoce y que él no ha elegido. Es volver a lo ya vivido y experimentado otra vez. La NO representación. La NO elección. La continuidad de la corrupción sistemática y sistémica, que es factor de gobierno y que está anclada en la recalcitrante Monarquía de partidos actual. A partir de los límites legales del Régimen no se mueve nadie, nadie rechista. No hay oposición. Como no la había tampoco con Franco. Todo lo que se pueda llamar vida en España, vive dentro de la zahúrda del consenso. Dentro del coto y la veda de la legalidad estatal faccionaria de la Carta otorgada de 1978. La NO constitución, que da paso y permite la infinita e incesante corrupción. La NO ruptura con el pasado. La mofa de la clase estatal. La traición al elector. Las urnas del péndulo, que instituyen amos que nadie conoce ni nadie sabe cómo llegaron hasta ahí. Mientras se vote a facciones del Estado sin Democracia, se dará y permanecerá, como hasta ahora, el desangre continuo de una España absolutamente abandonada, que advierte afligida la ausencia de representación política. Que padece la sabiduría innata del que todo sabe y no sabe de nada. El síndrome de Dunning Kruger de los sabidillos y los enterados, todos burlados y frustrados. Sufre lo pedante. Ingenuas y escasas ilusiones para el pronto fracasado y su ingreso eterno en la ignorancia. La aversión al consejo. La inepcia. Si el péndulo funciona, es porque hay permiso para la prevaricación y la malversación, para la continuidad de la corrosión de todo y de todos.

Mil excusas que, en cada proceso de votación, muchos aducen para tener que votar. Porque no se aguantan de no ir. Como el niño que patalea y no quiere. Que esquiva. Estoy seguro de que llegará el día, y eso lo verán aquellas personas que por dignidad dejen de participar, que verán al votante español ir a hurtadillas a la urna para que no se le caiga la cara de vergüenza que le vean sus vecinos ir a votar y mantener la infamia pública. Se sabe, y muy bien, como digo, en la porquería en la que se participa, pero aún, se quiere vivir en la porquería, ésta parece que no incomoda. La inmundicia se ha vuelto regocijo. Se busca lo cómodo a pesar de que ya nada agrade y todo degenere a cada instante y cada vez más rápido. A veces pienso y me pregunto, si de verdad queda en algún rincón de España un átomo de comodidad, y si ésta, no se ha gastado ya, si queda alguien que pueda dormir entre laureles confiado de que no se le caigan los planes encima. No se puede vivir contiguos en una sociedad donde al mirarse, todos, se hacen cómplices de su carestía. Yo entiendo pues, que gusta vivir con la moral podrida, en la mentira; que ha salido callo de ello; que es Ley; que es moral. La expectativa, ante el siguiente escándalo público, recurre a buscar el lado cómodo y agradable de la degeneración, que guardan las obsoletas ideologías, todas falsas sin Libertad Política Colectiva, arrastrada hacia lo menos malo, hasta allí donde llegue el detrimento de la degeneración. Es una negligencia de la sociedad ser partícipe del retorcido e insoportable recreo moral y mental, propio del consenso socialdemocrata, del actual Régimen de partidos, y no aceptar que se está viviendo en una evidente degeneración, saberlo, verlo a diario y, sin embargo, seguir, pretender o querer esquivarlo o ignorar este hecho a la vista de todos, y lo que es peor, desmentirlo. El péndulo es a algo así como optar por lo malo conocido que lo bueno por conocer. Es el aborto constante que impide cualquier recurso. No creo pues, de ninguna manera, que queden más opciones para estar cómodos sino es mediante la opción de hollar al resto de convecinos. De esta manera, es como los gobernantes se sienten muy agradecidos de sus votantes, que los felicitan por ser tan corruptos y sinvergüenzas como ellos; ya tienen aquellos que participan en el tinglado una palmadita en la espalda por apoyar la gran mentira. 

 

 

Que un pueblo como el español, tras más de 80 años sujeto a gobiernos autoritarios, no de aristocracias, pero sí como actualmente sucede de oligarquías, no sólo las repercusiones son de carácter material en el sentido de lo económico, el trabajo o la propiedad, influyen directamente en el carácter mental y moral de los individuos. En lo que no se ve, pero se vive igualmente. Al igual mismo que la esclavitud, que debilita las facultades humanas a consecuencia de un efecto de sometimiento con el paso del tiempo que aparece discretamente en la mente de la persona, y de igual manera, pasa lo mismo en el caso contrario, cuando quien tiene el poder le sostiene y le caracteriza la estupidez, la consecuencia en la aptitud de los individuos se hace incapacidad de ejercer esas facultades humanas y degenera en imbecilidad. Donde la corrupción y el ansia de quienes aspiran a mantener el poder se hace cada vez más grande por falta de control sobre él, el resultado, como podemos ver cotidianamente, se hace cada vez más insostenible y más mísero y jamás se puede esperar nada bueno de ello, y es que, la puerilidad de su objeto consume a los hombres.

Y al igual que en la dictadura, que ya todos sabíamos que era dictadura y se entendía como tal perfectamente, aunque algunos para suavizar el asunto hablarán de régimen autoritario, o incluso usando la demagogia característica de la Dictadura de Franco, calificándola de democracia orgánica, no hacía falta la confusión como hoy en este Régimen, pues entonces era la fuerza lo que marcaba el camino, en cualquier caso. Estar confundidos, es precisamente lo que impera hoy, porque es lo necesario para que todo funcione, porque el cinismo es fundacional y originario del propio Régimen. Es fundamental. El hecho de no llamar a las cosas por su nombre hace que una gran mayoría de personas no sepan ni siquiera cómo están gobernados ni por quién; produce indignación; y desemboca en un estado de engaño y mentira constante, y que muchos entiendan el período del Régimen del 78 como si fuera una Democracia cuando no lo es. Llamar a las cosas por su nombre es una afrenta y produce rechazo en España. Quizá, no se le dé a este detalle, el de llamar a las cosas por su nombre, mucha importancia, sobretodo, para aquel que quiera o le guste vivir en el cinismo o la confusión; yo, se la doy toda porque sin la verdad de las cosas jamás puede haber Democracia. Una gran masa de personas votan porque se creen que hay democracia, estos al menos tienen el alivio de ser ignorantes de lo que están haciendo y de dónde pisan, también irresponsables por no molestarse en saberlo, pues es responsabilidad de todos los individuos tener un mínimo de interés en la sociedad donde se vive, en cambio, la acción que manifiesta una persona que va a votar sabiendo que no hay democracia supera el cretinismo y lo ridículo, por no decir lo estúpido, pues rechazan a su propia inteligencia y raciocinio, desprecian su dignidad como personas, y, además, abusan de una moral corrompida para con la sociedad donde viven; de esos, como ya les hubo y les hay, les habrá sin duda alguna que tendrán su merecido por rufianes. Como dije anteriormente, no lo digo yo, lo dicen las leyes de la naturaleza, por el simple hecho de que uno, no puede vivir de espaldas a lo que está sucediendo y fingiendo que no sucede, engañándose a sí mismo y a los demás, no puede negar lo que todos podemos ver y contemplar. Esa naturaleza de las cosas no se puede ignorar y menos esquivar sus efectos, que en España son los efectos propios de la forma de gobierno del Estado de partidos. La mentira se puede tapar durante mucho tiempo, una parte de ella e incluso toda, atribuyendo a la Democracia todo lo que lo que sucede, pero, esa mentira, no es para siempre, basta solamente con decir la verdad o señalarla para evidenciar al mentiroso y erradicar la indignación.

Paremos el péndulo de las urnas, en España no hay Democracia ¿de qué se indignan pues?.

En las urnas, miseria piden, pues verán, miseria tendrán.

 

Parte I del Régimen del péndulo en el siguiente link: https://libertad-politica.com/parte-i-el-regimen-del-pendulo-un-juego-degenerado-para-indignados-y-otros-rufianes-del-regimen/

 

Redactado por Antonio HR, domingo 15 de octubre de 2021. Actualizado domingo 8 de enero de 2023.

 

También en los Escritos de junio de 2022 de la revista Libertad Política. Pinchar enlace: https://libertad-politica.com/revista/

 

 

2 comentarios de “El Régimen del péndulo, un juego degenerado para indignados y otros rufianes del Régimen. II Parte..

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