(La hegemonía cultural, los estereotipos y el trabajo humano)

 

Conceptos políticos V. La hegemonía cultural, la revolución de las conciencias. 

 

Temas: El camino hacia la hegemonía cultural. Qué es hegemonía cultural. Quién tiene la hegemonía cultural hoy. Conciencia política actual en España. La hegemonía cultural como factor último de la revolución de la conciencia. Por qué se precisa la hegemonía cultural. Qué función tiene. Cómo sirve la hegemonía cultural a la libertad y la democracia. Ética política en España. 

Será costoso y será difícil, pero no imposible, apartar los espectros y fantasmas que el pasado cercano, el que dejó la Dictadura Conceptos políticos I. La Dictadura y el proceso constituyente de la misma que fue la Guerra Civil (Sentencia de los estatutos y las Leyes fundamentales del Reino del General Franco en Salamanca), incrustó y perpetró en los genes de las generaciones que sucedieron a esos momentos de aparente pero insignificante cambio en la naturaleza del poder llamado “Transición española” Una transacción de una forma de gobierno, la dictadura, formada esencialmente por el partido único estatal (Falange) e inspirada en un único poder soberano y división de funciones, a otra con la misma estructura política de carácter autoritario que tenía el anterior, con la diferencia que, en lugar de ser un partido único, el Estado queda en manos de varias facciones (órganos permanentes del Estado según la sentencia del Tribunal Constitucional de Bonn), el Estado de partidos o vulgarmente conocido como Partidocracia Los partidos políticos estatales.. Para enmendar este estado de la conciencia resignada y el miedo a todo lo que es política producido por el carácter autoritario del régimen dictatorial a generaciones enteras, existe un método que está al margen del poder y que se debe de originar sólo y exclusivamente desde los propios gobernados, ese salvoconducto, intelectual, es la hegemonía cultural, hoy en manos de las instituciones y medios de comunicación, todos controlados por el Estado.

El valor principal que se prescribe mediante la propaganda al comienzo de esta nueva forma de gobierno del Estado de partidos y que es característico de tal forma oligárquica de poder es el consenso Un acercamiento al consenso político., hoy paradigma político y social de una mayoría de los gobernados. Que mediante un sistema de votaciones proporcional que hace rotar a las facciones más preponderantes, que pactan por sus intereses en virtud de ese consenso para formar gobiernos, marca para generaciones enteras de españoles el sentido, comprensión y la única forma de ver lo que es la política. Esta forma de gobierno guarda la sagrada costumbre dictatorial de que el pueblo no decide absolutamente nada en la urna sobre los asuntos públicos o políticos, que el poder es de carácter absoluto, siendo la corrupción un hecho y conducta determinante para el equilibrio de sus instituciones, corrupción que se contagia a todo terreno de lo que es público o político, esto es, se desarrolla tanto en gobernados como en gobernantes. La corrupción moral termina precediendo a la corrupción material (económica y política). El ejercicio político del voto en la urna se basa, únicamente, en mantener legítimo el poder estatal dominado por los partidos, con más o menos coacción del individuo, para repartir los cargos, las empresas públicas y el dinero del contribuyente entre las distintas facciones sin facultad electiva en el sufragio. 

Ha sido en el terreno de los gobernados, en el de la sociedad civil, donde los cambios en las conductas y valores han sido más determinantes y bruscos, más leves en los primeros 20 años, en cambio, más exagerados y rápidos en los últimos 20 del actual Régimen. Un fenómeno social que cualquier persona que haya vivido la evolución de la convivencia entre individuos en España durante todo este periodo partidocrático, puede comprobar con magna evidencia, en cuanto al grado de degradación y degeneración de las conductas y valores cívicos, y también personales, en detrimento de la sociedad civil, su bienestar y equilibrio, dado que las nuevas generaciones adaptadas al nuevo Régimen de partidos, tan autoritario como el anterior, han conocido algo que sus parientes cercanos no conocieron, que es la corrupción. Se pasa del respeto a la tolerancia como valor cívico, la confusión sustituye a la mentira y el consenso a la fuerza para canalizar el estado de dominación, no representativa y sin facultad de elección del gobernado. El relativismo moral es una consigna, el “todo vale” (todo tiene el mismo valor) porque “estamos en democracia”. La ideología de los partidos, no es la que sus símbolos y logotipos manifiestan, sino que todos abogan por la socialdemocracia Los disvalores de la socialdemocracia. que no se refiere al progresismo ni al socialismo de principios de siglo XX en Centroeuropa, que no es de izquierdas como equivocadamente muchos creen, sino que es una ideología, de derecha esencialmente, conservadora del poder (partidos estatales), que nos quiere hacer a todos iguales, que busca un estado de dominación absoluto de los partidos, que procura y ha conseguido una sociedad atomizada, propia del estado de naturaleza del hombre sin organización política (Hobbes, Leviatán), y que su fruto en los gobernados es mantener una sociedad acomplejada, débil (las sociedades de cristal) y sin valores (el nihilismo).

Confusión que mantiene la propaganda estatal, conmemorando la llegada de la libertad y la democracia; “cambiando todo para no cambiar nada” (frase conocida de la mal llamada Transición española pronunciada por un periodista y escritor llamado Sánchez Tostado). “Las libertades y derechos se dieron porque necesitaban la homologación europea, subirse al tren del Mercado Común que exigía Europa. Lo aceptaron a regañadientes, pero continuaron los mismos jueces, policías, militares y maestros del franquismo” (Luis Miguel Sánchez Tostado). Hasta el punto es tal la confusión, que los españoles han perdido la conciencia de nación (secesionismos). La sociedad española está desubicada intelectualmente por completo, envuelta en una amalgama de tópicos, mitos y leyendas urbanas impropias de ser consideradas para el estudio y que no responden a la realidad de los hechos; por eso, para los interesados y adeptos al Régimen establecido, les es propia la pobre reflexión, cuando no existe respuesta al criterio y argumento fáctico, de: “esa es tu verdad”, como si hubiera tantas verdades como personas en España. Se confunde la opinión con la verdad, así, en las conversaciones o situaciones cotidianas solemos apreciar que se ha convertido en un deber dar una visión o valoración personal (opinión) y no un criterio o argumento que responda a la única realidad del hecho en concreto (acercarse a la verdad). Una de las confusiones más destacadas es la que atañe en cuanto a las formas de gobierno y a la naturaleza del tipo de libertad y derechos que se posee, y en cuanto al papel que desempeña el gobernado en los asuntos públicos. 

 

(En la imagen, “El sentimiento de pecado”).

 

Es normal que la conciencia de los españoles, la actual, sea una conciencia como el propio pensador y jurista Antonio García-Trevijano Forte adjetivó como una “conciencia mordida”, o como se explica en el Cap. de “La sociedad perdida” del libro “La caída del Régimen del 78 y la conquista de la libertad política Colectiva” que alude a una “conciencia torcida” 1ª edición del libro: La caída del Régimen del 78 y la conquista de la Libertad Política Colectiva. Es un hecho que, tras un largo periodo de corrupción, de mentiras y de tergiversación de la realidad pública, en España, no se pueda ya hablar, ni siquiera tener una conversación sana, de lo que concierne a los asuntos públicos y de lo que a todos los españoles atañe, que es lo político o lo público, que no termine en interpretaciones ideológicas personales y no aludiendo al significado propio de las palabras. Y aquí entra el sentido que tiene constituir una hegemonía cultural, de términos y conceptos políticos desconocidos, en España. Determinar, definir y describir la significación propia de las palabras asumiendo una nueva concepción de la realidad pública que pueda dilucidar el embrollo intelectual existente para llevar a cabo una acción política Acción indirecta desde la sociedad civil gobernada consciente de su objetivo. La libertad Colectiva y la democracia formal que hoy no tienen. Ante la fuerza coercitiva, sutil y poderosa de todas las formas que ostenta el poder estatal o clase dirigente, sujeta a un consenso político complementado por consignas partidistas (socialdemocracia), que ponen veda y límite al pensamiento y a la cultura libre, la sociedad gobernada debe de emprender un camino hacia el desmantelamiento de esa concepción actual represora de la mente y la conciencia de los españoles. 

 

(Antonio Gramsci)

 

La hegemonía cultural, de la que habla y es máximo precursor y teórico del propio concepto, el cual desarrolla en su obra, el filósofo italiano de principios de siglo XX Antonio Gramsci (foto), sitúa a este proceso intelectual y educativo esencialmente dentro del seno de la sociedad civil, para situar a los gobernados dentro de un marco de unidad social cultural para cambiar la naturaleza del poder establecido. Se trata de una revolución cultural que llevaría a la sociedad gobernada a procurar una fuerza de oposición coherente con un fin y propósito político determinado, que sería en este caso, en el de los españoles, la conquista de la libertad política Colectiva para ir a un sistema de poder, y salir del Régimen político de los partidos del Estado actual, donde sean los ciudadanos los que constituyen esas estructuras de poder y tienen la facultad de elegir o deponer a quienes las van a ocupar. Una resistencia pacífica al poder establecido, educativa y pedagógica, que se constituye únicamente desde la sociedad civil gobernada, a la tesis política y social oficial actual que existe prácticamente en toda Europa, en concreto en España. Que produce una visión de futuro ante una situación inevitable de decadencia y de cambio, surgida naturalmente gracias a un Régimen político basado en la corrupción, para ser una vanguardia y un colchón moral e intelectual que protege a los gobernados de intrusiones o manipulaciones procedentes de cualquier poder, ya sea del que está establecido o de cualquier poder de terceros que se inmiscuya en un proceso de cambio por intereses particulares (como ocurrió en España con Kissinger, Secretario de Estado exterior de EE.UU., en el periodo de reforma política a la muerte del Dictador), uno de los factores por los cuales, el pueblo español, ignorante de lo que estaba sucediendo, participa en la legitimación de un proceso de reforma política que no tuvo nada que con ninguna elección ni referéndum decisivo por parte de los españoles, los cuales no fueron protagonistas de este, sino un mero plebiscito desde lo que el poder se les ofrecía. Es por ello, la importancia de un contexto, al menos básico, centrado en el reconocimiento de determinados conceptos y términos como herramienta de defensa ante los manifiestos de la clase dirigente en el poder.

“…haber intuido que el problema pedagógico o es el problema de una estructura social en su conjunto, en toda la gama más o menos basta de todas sus articulaciones, o bien, es una estéril ejercitación de expertos en esta o aquella técnica, pero incapaces de promover el desarrollo de las masas como de los individuos”.

(Consideraciones de Ángelo Broccoli a la obra de Antonio Gramsci para explicar la necesidad de crear una hegemonía cultural para solventar un problema que es sobretodo de comunicación y concepción de la vida pública).

Este artículo no trata de otra cosa diferente que no sea la responsabilidad individual en conciencia que conlleva la idea de un cambio sociopolítico, la voluntad y la integridad de aquellas personas que desean una ruptura pacífica y civilizada con el actual Régimen de origen franquista en España. Establecer una conciencia pública diferente, colectiva y homogénea, en cuanto al significado de determinados conceptos y términos políticos (que hoy están perdidos en un mar de confusión), para resguardar unos objetivos políticos; un estado de hegemonía cultural, como una “dirección espiritual y cultural” para diferenciarla, como hizo Gramsci, de la hegemonía política, que es la que ostentan hoy los partidos estatales y que es aceptada hoy por una mayoría de españoles. Constituir una relación de fuerza opositora entre el poder establecido y la parte revolucionaria. Revolucionaria de la moral (costumbres), la ética (el estudio de la moral) y el sentido de la vida en sociedad. La creación de ciertos valores, hoy inimaginables, desconocidos, que están ligados a ese compromiso de libertad y democracia y a la naturaleza de los propios individuos y su acción cultural prepolítica. La comprensión del sentido que tiene crear una hegemonía cultural innovadora y de su consecución, espejo de la conciencia o la manera de pensar, ayuda a acertar en cada paso para que sea realizada la acción en la sociedad que la construye y atinar en las medidas utilizadas que la llevarán a cabo, determinando los medios para asegurar el fin deseado.

“…cuando la acción de las masas está en oposición con el poder dominante, su conciencia, es decir, su manera de pensar sigue marcada por la hegemonía ideológica de las fuerzas políticas adversas, pues las masas han sido educadas no sólo con la mentalidad opuesta a sus intereses fundamentales, sino también a su propia praxis…” (María Antonieta Macciocchi, 1980) 

 

Antonio HR, lunes 15 de noviembre de 2021.

 

5 comentarios de “Conceptos políticos V. La hegemonía cultural, la revolución de las conciencias

  1. Elkin Gaviria dice:

    No se trata de verdad, pues es utopía, se trata del principio de veracidad. No se trata de democracia formal o representativa, pues termina siendo sectaria, partidista e inhibe la libertad individual participativa, se trata de democracia directa.

    • admin-antonio dice:

      La democracia directa, ya desde hace varios siglos es una utopia y es absolutamente irrealizable. Solo el numero de habitantes en los grandes y dimensionados distritos de hoy en dia lo haria imposible. Para eso, el gran sabio de Marsilio de Padua aplica la representacion al concepto romano que no la concebia, y al igual que las congregaciones eclesiasticas, lo aplica a la politica mediante el representante de distrito. La libertad Politica no tiene absolutamente nada que ver con el tipo de democracia, es todo lo contrario, la democracia formal se sustenta en el principio de Libertad Politica, mediante el ejercicio en la urna de los ciudadanos de cada distrito, eligiendo o revocando a sus gobernanates. El principio de Libertad, a pesar de que muchos lo nieguen y lo traten de confundir, es realizable, es posible y es real, y a consecuencia la democracia formal, que no tiene nada que ver con ningun sectarismo ni ideologia, son simplemente puras reglas de juego constitutivas para el control del poder de los gobernados a los gobernantes, donde debe de existir dos principios basicos y fundamentales, el principio de representacion (que sustituye a la democracia directa) y el principio de separacion de poderes con dos urnas, una para el representante de distrito y otra para el presidente del gobierno en circunscripcion nacional (el que impide la corrupcion por sistema), nada mas. No es muy complicado de entender y no precisa de teorias raras ni fundamentalistas.

    • admin-antonio dice:

      En cuanto a la verdad no es ninguna utopia, pues la verdad es todo aquello que no es mentira, es decir, una relacion de hechos reales relaccionados entre si contemplables a la vosta de todos, la verdad precede a la opinion y la interpretacion. Por eso, para dar por hecho algo y provar que es real, para probar la veracidad de algo, se precisa de la verdad, unica y la misma para todos.

    • Daniel Prieto dice:

      El probmema de la democracia directa es que no puede extraer la voluntad de la mayoria sino la suma de las voluntades individuales, niega el necesario debate de las leyes y la exposición de argumentaciónmpara su mejora o corrección. La representación en la asamblea y el debate obligan a las leyes a pasar por un tamiz mucho más profundo que el de la mera suma de individuos y permite la adptación de las mismas a una voluntad real y más extensa. La democracia representativa no puede ser sectaria precisamente por lo expuesto.

  2. Cristina Guedes dice:

    Li o texto. Acreditei ter percebido e concordado.
    Mas depois, ao ler os comentários, sobretudo o do administrador, António, achei que estava tão simples e que eu estava , das duas uma, ou a dormir ou a complicar …na verdade, não sou eu, é mesmo comentário que está a triplicar. Gostaria de subscrever o blog. Boa noite. (se houver forma de corrigir esse comentário triplicado, acredito que outras pessoas não sejam induzidas ao mesmo erro que eu, que estando com sono, não saía da mesma frase 😉

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