En la imagenLa Revolución” (1896) Valentine Cameron Prinsep (1838-1904) Óleo sobre lienzo Royal Academy of Arts (Burlington House) – London (United Kingdom – London) 

 

 

Acción indirecta 

Quien lucha por la Libertad en España ha de comprender cuáles son las opciones de acción si desea dar cauce a su pasión liberadora. No es suficiente con entender cómo funciona el régimen actual y cuáles son sus diferencias respecto con lo que un sistema basado en la Libertad representa. Hay que enfrentar el hecho cierto que no es la razón sino la pasión lo que lleva a la acción. Pero una pasión de actuar, sin la dirección de la razón, hará que, no sólo nuestro esfuerzo sea improductivo, sino que podemos favorecer el fracaso. 

Las ideas políticas o culturales que hoy dominan las mentes de una gran mayoría son de tal resistencia, que los artículos de pensamiento crítico no son aceptados ni por los intelectuales, ni comprendidos por la sociedad. Con un régimen de poder legitimado, creador de propaganda, estas ideas dominantes son inexpugnables. Tan arraigadas están en las mentes que sólo las de ciertos individuos son capaces de atender a la razón a través del diálogo de las inteligencias. Para la gran mayoría, el interés o el pánico a enfrentar la mentira hacen que la razón y la evidencia no tengan efecto alguno. 

Actuar en política, en este régimen que desprecia los principios morales de la democracia, es decir, intentar seguir los cauces del Estado de Partidos, pone en evidencia la ignorancia o la egoísta pretensión personal de quienes siguen ese camino sin salida. 

Saber que la política no es otra cosa que la acción de tratar de ocupar el poder estatal y mediante la administración retenerlo a base de distribución de recursos públicos, es parte de los conocimientos necesarios para comprender cómo optimizar nuestra acción, pero hay dos factores dentro del poder gubernamental que debemos conocer perfectamente y que son: el coactivo, el monopolio legal de la violencia (igual en cualquier forma de gobierno) y el factor directivo dependiente de la hegemonía civil dominante y que es distinto en Dictadura, oligarquía de partidos y democracia. Es en este último donde existe influencia y si ya sabemos que la vía directa de actuar, la participación en partidos no es más que una trampa para frenar cualquier iniciativa contraria al régimen, solo nos resta la acción indirecta para la formación de una opinión pública que humanice la acción del Estado y acomode los gobiernos a la libertad de los gobernados. Por ello la acción cultural, que modifica la opinión pública, es el primero y el más efectivo de los caminos de influir en el factor directivo del poder.  

Se necesita una sociedad política autónoma para que la acción no se vuelva partidista, de lo contrario, se volverá injusta, inmoral y desleal por obediencia al jefe de partido. Sin ambición cultural liberadora, incluso las asociaciones que promueven la Libertad terminan por ser el modo sentimental e ingenuo del que se aprovecharán quienes tienen ambiciones personales.  

La hegemonía cultural de la Libertad es la garantía de éxito y el medio de alcanzarla, la acción cultural que la crea. De nada sirven manifestaciones y protestas sin hegemonía cultural, de nada sirven asociaciones que reúnen individuos que no comprenden la importancia de esta hegemonía cultural, esa que garantiza que la minoría que encabece el proceso de ruptura no pueda traicionar a la multitud que la siga. No hay atajos para la revolución, no sirven las prisas ni tampoco la delegación de la responsabilidad personal en terceros que nos prometan la Libertad a cambio de obediencia al líder. La Libertad es una conquista y empieza por uno mismo. 

 

Redactado por Daniel Prieto, lunes 2 de enero de 2023.

 

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