La ley de hierro de Robert Michels, El interior de los partidos políticos.

 

Sobre el funcionamiento interno de los partidos políticos, de la” ley de hierro de las oligarquías” de Robert Michels.

“La organización es la que da origen al dominio de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegantes. Quien dice organización dice oligarquía, lo que es aplasta a lo que debe de ser”.

(Robert Michels, 1909, “Ley de hierro de las oligarquías”)

Es muy importante saber, aunque irrelevante en cuanto a la incumbencia a los ciudadanos en el ámbito político, el funcionamiento de los partidos políticos en su interior, ya que nos puede servir para no cometer ningún fallo de ingenuos y creer en la propaganda partidista que estamos acostumbrados a escuchar, sobre el funcionamiento de los partidos políticos y lo que nos cuentan sobre la democracia interna de las agrupaciones. Vamos a empezar diciendo y señalando, que gracias al estudio realizado sobre el funcionamiento de Robert Michels a principios de siglo XX sobre los partidos políticos y el único hasta día de hoy, podemos saber cómo funcionan las agrupaciones políticas en su seno.

Tenemos que partir de tres puntos esenciales que Michels nos señala en cuanto a los principios del funcionamiento interior de los partidos , que son;

-Los individuos que conocen y manejan los asuntos complejos son la élite, tecnócratas y la burocracia.

-No existe democracia interna, un líder fuerte y que comunique es lo importante.

-Los líderes forman una casta que se apoyan mutuamente, las masas son apáticas y su único interés es que les resuelvan sus problemas y para eso de vez en cuando eligen a sus líderes.

En todo partido político se forman élites para controlar el poder y tomar decisiones, se derivan en tres tendencias;

-La naturaleza de la organización.

-Carácter burocrático de la organización.

-Tendencia al liderazgo.

Los partidos políticos se basan en;

-Cuanto más grande sea la organización más se burocratiza.

-Se genera una dicotomía entre eficiencia y democracia interna.

-La psicología de las masas hace un liderazgo fuerte.

Podríamos definir entonces, a mi parecer, lo que es una oligarquía, y es tan sencillo como decir, que es una forma de gobierno que el poder reside en unas pocas personas, aunque para el mundo clásico, según Aristóteles, la oligarquía es la degeneración de la aristocracia.

Según diferentes autores que hablan sobre como definir lo que es una oligarquía, el filósofo italiano de las ciencias políticas Nomberto Bobbio (foto) (1909-2004), la define como; un grupo de poder reducido, homogéneo, estable y con buena organización en su interior, y con fuertes núcleos entre sus miembros, que gobierna de modo autoritario, reforzando al ejecutivo, controlando el poder judicial y marginando o excluyendo al parlamento (legislativo), y desanimando o eliminando a la oposición.

La Real Academia de la lengua española dice que, una oligarquía es; una forma y gobierno en la cual, el poder es ejercido por un grupo de personas que se aúnan para mantener sus privilegios, también dice que es un grupo reducido de personas que tienen poder o influencia en un determinado sector social, económico o político.

Después de sucederse los gobiernos colectivistas, que el grado de oligarquización de la sociedad política aumenta, es porque se imponen procesos de involución institucional que quiebran el marco legal, podemos poner unos ejemplos como la no separación de los poderes, la no independencia del poder judicial, la no independencia del poder legislativo, los incumplimientos de la ley y la no democracia interna y financiación ilegal y no transparente de los partidos políticos, el colectivismo y el intervencionismo.

La caracterización de la oligarquización por la sucesión de gobiernos colectivistas; y es lo que comúnmente y hemos convivido durante prácticamente todo el siglo XX y parte del XXI, y es la derivada de la colectivización a la oligarquización que termina por crear una religión y sentir al Estado como una auténtica religión, todo depende y parte del Estado.

La caracterización de un régimen colectivista se deriva en cinco puntos que son; el aumento permanente del tamaño del Estado, la cristalización de una casta política, la tiranía del consumo de los valores colectivistas, un deterioro institucional con una intervención al legislativo como estamos muy habituados a ver, y a raíz de la no separación de los poderes la corrupción sistemática y sistémica y generalizada de todas las instituciones.

Michels, demuestra que hay una ley de hierro que es insuperable, y hasta tal punto demostrada que en el argumento muestra una clara realidad diciendo que impone por necesidad a las organizaciones políticas que son los partidos de masa, sean dirigidos por un pequeño comité. Ese pequeño comité no se puede renovar mediante elecciones internas de partido sino por cooptación, es resumidamente lo que Michels llama “la ley de hierro de las oligarquías”. Ese estudio del sociólogo en el año 1911 ha demostrado hasta día de hoy que es verdad, y que sucede en todos los países, momentos y circunstancias. No hay elecciones internas en ningún partido de masas. Aunque se oiga en los medios que hay elecciones primarias internas, no es cierto, porque al final será la elite del aparato partidista quien elija decida, es decir, nadie decide nada sin el consentimiento de la elite del partido.

Para el funcionamiento democrático de las instituciones gubernamentales de un país, es totalmente irrelevante que el funcionamiento interno de un partido sea democrático o no lo sea; lo primero porque no depende del jefe de partido o la elite del partido que haya democracia o que sea un gobierno corrupto o simplemente un mal gobierno, eso depende de la estructura de poder como tal, es decir, que haya representación del ciudadano y que los poderes estén separados radicalmente. Al igual que en las religiones, para un creyente no es relevante quien esté en los cargos o cómo llegan hasta ahí, la iglesia por ejemplo no es democrática y a nadie le atañe no siendo creyente quien mande dentro de las instituciones, quien elige a los obispos, a los cardenales o al papa. Pasa igual en el ejército, cuando a ningún militar o soldado le importa cómo se eligen a sus altos cargos. (Una excepción sería el ejército bolchevique, donde se eligen a los oficiales en elecciones de los soldados). Solamente puede importar cómo se elige una estructura de partido, o de la administración, a aquel que quiera participar o formar parte de ella en su seno, pero aquellos que estén fuera es indiferente por completo.

Aunque es cierto que una administración pública afecta directamente a los gobernados, aunque a estos les importe poco la manera de cómo se ingresen a tales administrativos dentro de la estructura y burocracia del Estado, les puede importar en algunos casos como cuando se eligen a dedo algunos de sus puestos. De tal manera que no le ha de importar al gobernado tampoco, la manera de cómo se elige al jefe de partido, lo que importa al gobernado es la competencia de este. Esa disciplina no viene de cómo estos sean elegidos o no, la razón es, que la administración pública funciona por una estructura jerárquica, de la misma manera que la iglesia o el ejército, y de la misma manera que los partidos políticos, que funcionan como una oligarquía, y nadie que no esté dentro de la asociación partidista no le atañe el modo de elección de sus elites. En resumen es que, un partido jamás será democrático en su interior, y el hecho de que un partido sea democrático o no en su seno, no sería motivo de mejor o de condición para un mejor o peor gobierno, tenga o no en su interior, carácter democrático o no. Que los niveles de corrupción de un país sean altos o bajos, no depende de que los partidos sean democráticos en su interior. Pensar que, porque un partido se riega en su interior democráticamente o no, algo que no puede suceder, pero, aunque así fuera, es una equivocación monumental, porque todo lo que se haga dentro de un partido, queda dentro del partido, es decir en la esfera interior y nunca en la esfera exterior.

Para referirnos a cualquier organización, ya sean asociaciones, plataformas, partidos políticos u otras agrupaciones que aparecen en cualquier sociedad, lo primero, tenemos que saber que su estructura interna no afecta para nada a aquellos que apoyen, se interesen o compartan su causa, a no ser que quieran formar parte de su juego interno. La estructura interna de toda asociación o partido nunca puede ser democrática, siempre hay una jerarquía, aunque se quiera aparentar o transmitir algo diferente, o lo contrario. Siempre precisa de una élite o grupo reducido de personas físicas que manejan, organizan y deciden los planes de futuro y el camino a seguir de dicha organización, es decir, de cualquier asociación o partido, estaremos hablando siempre y como Michels demostró hasta día de hoy y sin ninguna demostración opuesta a respecto es, que el funcionamiento de la estructura de toda organización de carácter partidista o asociativo será piramidal, las decisiones vendrán de arriba hacia abajo.

Puedo justificar lo que digo, puesto que la causa que tenga cualquier organización no tiene nada que ver con cómo se rige en su interior, es decir, el modo del funcionamiento interno de esta es para los que están fuera totalmente irrelevante se defienda lo que se quiera defender en ella, porque lo que alguien pueda estar interesado en lo que esa agrupación, del carácter que sea, promueve es que su objetivo o sus ideas salgan adelante y no en la manera que sus jefes lleguen a tales puestos. Eso solo le puede importar a alguien que quiera jugar en ese campo, pero nunca a nadie que esté fuera.

 

Por eso, quiero dejar claro, en este artículo, que hace referencia al estudio más exacto hasta día de hoy en cuanto al funcionamiento interno de asociaciones, partidos políticos u otras agrupaciones sociales, de cómo se funciona dentro de los partidos políticos y como es realmente su estructura interna. El estudio lo hace el sociólogo alemán que quiero remarcar, al ser una pieza clave en el estudio de la filosofía política, por algunos de vosotros conocido, su nombre es Robert Michels, en el cual explica y detalla haciendo un estudio, repito, sobre el funcionamiento interno de los partidos políticos y otras asociaciones sociales de la época a principios de siglo XX, y en concreto sobre los partidos socialistas alemanes, la obra señala la Ley de hierro de las oligarquías. 

Muchos de ustedes habrán oído hablar o comentar en televisión y otros medios sobre si los partidos políticos son democráticos en su seno que, si sus programas internos se inclinan a serlo, algo totalmente irrelevante para el transcurso de la vida política de un país. Nada de lo que ocurra dentro de ninguna organización política u otras asociaciones es jamás de incumbencia para los gobernados, puesto que haya un jefe de partido u otro no cambia nada, como venimos diciendo, en el cómo funcionarían las instituciones gubernamentales de un país, eso solo es problema de dicha organización y no de los ciudadanos de una nación. Por eso el error garrafal y la confusión que hay en las personas de creer que, si una asociación política es democrática o no en su seno, es mejor o eso va a hacer que lo sea para todos los demás ciudadanos es una utopía y no es cierto, además, si eso fuera posible, que no lo es ni puede serlo, no haría que hubiese más o menos democracia, o que hubiera o no más o menos corrupción, ni nada cambiaría en la esfera política de la nación ni en sus instituciones de gobierno.

 

¿Qué más nos da que los partidos sean o no democráticos en su interior?, lo que a nosotros nos importa es si las instituciones garantizan la libertad política de elección y revocación de los gobernantes. Que un partido o asociación sea o no democrática en su interior es algo que no le importa a nadie a no ser que la intención sea participar en su juego.

No hay ningún partido político que funcione en su seno con estructuras democráticas. 

Lo único que le debe de importar a un individuo gobernado cualquiera de la sociedad es la competencia en la esfera externa de estos.

HR Antonio, 28 de marzo de 2021.

 

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