Simone Weil y la supresión de los partidos políticos.

 

Simone Weil, nacida en 1909, era una filósofa francesa que promovía la supresión de los partidos políticos. Su obra de 1950 “Notas para la supresión de los partidos políticos” tiene gran interés como ejercicio reflexivo para los que pretendemos la Libertad Política Colectiva y es por ello por lo que quería anotar aquí algunas de sus ideas.

Para Simone Weil, los partidos políticos suponían un problema en sí mismos, pues portaban con ellos el germen del totalitarismo. Esto puede sonar extraño cuando en el siglo XXI se considera a los partidos el baluarte anti totalitario, representantes del pluralismo y la democracia. Veamos pues el razonamiento de Weil.

 

Atendiendo a la definición de partido político comúnmente aceptada; organización que reúne a las personas que comparten las mismas ideas y que tiene por objetivo acceder al poder para llevarlas a cabo dentro de la sociedad, o, al menos, influenciar en el partido en el poder. Las dos premisas de esta definición son las que Weil utilizará para su argumentación. La primera la homogeneidad de las ideas, es decir, las personas que votan o forman parte de ese partido comparten globalmente las mismas opiniones y los mismos valores. La segunda es la búsqueda del poder, es decir, un partido político no sólo quiere existir, no se conforma con dar testimonio de unas ideas, pretende influir sobre las decisiones. Weil no habla de tal o cual partido, naturalmente, sino del sistema de partidos. Para ella son como la tienda de ropa y la carnicería, ambos tienen el mismo objetivo, vender y lo que cambia es sólo la decoración.

La primera premisa de Weil, la homogeneidad de ideas conduce a una línea de partido y es precisamente esto lo que impide el pluralismo en su seno. La cohabitación de ideas divergentes en el partido conduce a la debilitación de este por la división de sus miembros, incluso a la escisión si el grupo divergente es grande. La disidencia equivale pues a la desobediencia de la autoridad. Adherirse a un partido, significa pues, renunciar al ejercicio de la razón crítica. Se aceptan las ideas del partido, no porque sean buenas, sino porque forman parte del ideario del grupo. Lo que lleva al pensamiento mecánico, es decir, a no pensar. Esto para Weil es un problema porque se sacrifica el pensamiento por el consenso, o lo que es lo mismo, dar prioridad al interés del grupo sobre la verdad. El pensamiento de grupo se impone sobre el individuo.

El militante o votante que tiene una idea opuesta a la línea del partido se ve obligado a tomar una decisión. Fidelidad al partido o fidelidad a sus ideas. En ambos casos traición. Traición al partido o traición a sus ideas. Un dilema moral sin salida. Un conflicto de intereses entre la verdad y la unidad del partido. Es precisa la adhesión incondicional a la línea de partido o este perderá toda su fuerza. No se permitirá la divergencia si se quiere alcanzar el poder, por tanto, se debe mentir en aras de la unidad y la fuerza.

Aquí empieza la segunda premisa, la búsqueda del poder. Si un partido pretende influenciar debe crecer, crecer ilimitadamente, ya que, aunque alcance el poder seguirá necesitando ese apoyo para enfrentarse a la oposición y a las limitaciones internacionales, dicho de otro modo, enfrentado a todo lo demás. Todo lo que no es el propio partido es una amenaza para este.

A esta lógica de crecimiento ilimitado, Weil la denomina “inversión de la relación entre medios y fines”, dicho de otro modo, el partido no es un medio para establecer el bien común sino convertirse en el bien común. Esto es peligroso ya que, si decir la verdad reporta una pérdida de apoyos, decir la verdad es traicionar al partido y ser leal al partido provoca ser desleal a la verdad. El objetivo de un partido no es por tanto tener la razón sino convencer de que tiene la razón. Por tanto, el poder se construye sobre la creencia y para Weil, el bien no se identifica sobre el poder sino con la verdad y la justicia. Para Weil los principios tienen un valor superior a los resultados y no al contrario. El fin no justifica los medios. Cito “Los partidos políticos son organismos oficialmente constituidos para matar en las almas el sentido de verdad y justicia”. Al igual que Platón, ella concluye que la razón nos hace converger, mientras que la pasión nos separa. Es por ello, que la manipulación de las pasiones es estrategia de los partidos para evitar que la razón nos una. Sin razón, el pueblo no gobierna. Cito “nunca hemos conocido nada que ni siquiera se asemeje remotamente a una democracia”. Los partidos políticos son máquinas que fabrican pasiones colectivas. 

Si un miembro de un partido está absolutamente decidido a ser fiel a su luz interior en todo su razonamiento y a nada más, no puede dar a conocer esa resolución a su partido. Se enfrenta entonces a un estado de mentiras. Es una situación inaceptable causada por la necesidad que le lleva a pertenecer a un partido para tomar parte eficazmente de los asuntos públicos. Esta necesidad es entonces un mal, y hay que ponerle fin suprimiendo los partidos. Un hombre que no haya decidido ser fiel más que a su luz interior instala el mal en el centro mismo del alma (…) Se trataría en vano de discernir entre la libertad interior y la disciplina exterior. Porque entonces hay que mentir al público, hacia el que todo candidato, todo elegido, tiene una obligación particular de verdad. Si me presto a decir en nombre de mi partido, las cosas que estimo contrarias a la verdad y a la justicia, ¿voy a indicarlo con un cartel antes? Si no lo hago miento. De estas tres formas de mentira (al partido, al público y a sí mismo) la primera es de lejos la menos mala. Pero si la pertenencia a un partido conduce siempre a la mentira, la existencia de los partidos es absoluta e incondicionalmente un mal“.

(Simone Weil, Ensayo sobre la supresión de los partidos políticos).

 

Estas ideas, que parecen radicales, no lo son para Simone quien demostró su espíritu revolucionario durante toda su actividad política y filosófica. Personalmente encuentro paralelismos entre Simone Weil y Antonio García-Trevijano en tanto que ambos emplean la verdad como camino a la libertad (Verdad=Libertad) y si bien el español, no promueve la supresión de los partidos, sí que limita su poder al proponer su separación del Estado e integración en la sociedad civil. Implementa la representación por distritos con mandato imperativo que suprime el control del partido sobre el diputado, quien se debe a sus electores antes que a este.

Creo que Simone Weil resumió brillantemente los peligros de los partidos políticos. En un Estado de Partidos como España, estamos viendo las consecuencias de esos peligros desde hace más de 40 años. 

El totalitarismo es un futuro previsible en la Partidocracia.

Daniel Prieto, a 22 de septiembre de 2021

 

3 comentarios de “Simone Weil y la supresión de los partidos políticos

  1. admin-antonio dice:

    Un autor muy interesante y que , al menos a mi, me ha hecho reflexionar en cuanto a que tanto son necesarias las facciones políticas, aunque naturales en su origen en la sociedad civil como consecuencia de la libertad de asociación, totalmente totalitarias en el Estado de partidos actual en España y Europa, ya que, un partido político que reside en el Estado, tiene la misma cualidad jurídica que cualquier partido que pueda estar liderando en el Estado en una dictadura.

  2. Jordi Báez dice:

    Magnífica glosa del pensamiento de Weil. Comparto al 100% los planteamientos, y la rotunda realidad que los partidos políticos, la partitocracia, es una de las lacras, en su forma actual de funcionamiento, que causan que la tan cacareada Democracia “que nos dimos entre todos…” está minando este país de una manera irreversible, si no se detiene. Y solo puede detenerlo el ciudadano de a pie. El ciudadano libre, crítico, que se niegue a ser mero valedor cada 4 años de una legitimidad que no existe en su raíz. Un régimen, el del 78, que nació podrido, y sigue igual. O peor. Felicidades por el post.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *