La discostumbre 

 

Temas. Ruptura y Reforma política. Socialdemocracia. Consenso político. Moral pública. Servidumbre voluntaria. Libertad política Colectiva.

 

Lo que se llevó por delante y se sigue llevando hoy a los españoles, es un Régimen autoritario, de origen franquista, por su NO RUPTURA, sino REFORMA, delatado por un desgaste o corrosión de lo que había, de lo anterior, la Dictadura militar, con lo que nunca se rompió. Ley fundamental o Carta otorgada, cómplice de los crímenes del Régimen anterior que no los condena. Eso votan los españoles al son del progresismo socialdemócrata. Por ejemplo, ya sea en términos políticos, en virtud del consenso político: la Reforma política, que da cabida a la continuidad del franquismo a través de la Monarquía designada por el propio Dictador; ya sea en términos morales: el miedo y temor y la represión con respecto de todo lo que es política, la escasa consideración de la vida pública, la servidumbre voluntaria, la escasez de criterio propio aturdido por los dictámenes del Estado y el nihilismo de la ideología actual predominante en toda Europa de la Socialdemocracia; o en términos sociológicos: la ignorancia en la materia debida a las creencias y tópicos recalcitrantes, prejuicios heredados de generaciones anteriores, complejo de vergüenza social, división social impulsada por la propaganda partidista debido a la no separación de poderes o ausencia de constitución, a consecuencia de la mencionada NO ruptura (prueba y razón irrefutable de que no se haya superado las consecuencias de una Guerra Civil de hace casi 100 años; que sigue viva hoy, en esta Monarquía de partidos). España, paradigma sociopolítico donde única y exclusivamente es la corrupción de todo lo público, en cualquier aspecto, el factor sociopolítico predominante. 

El consenso entre franquistas y partidos clandestinos, la traición de todo el poder Constituyente; el Rey, los militares y los partidos del consenso; a todo lo que eran previo a la muerte del Dictador, esto es, un poder ya constituido, ha matado a España, porque es un forcejeo moral contrapuesto a los naturales principios morales de las personas, a las cuales ha engullido dicha trampa y mentira, propagandísticamente llamada “reconciliación o concordia”; que no revela más que un reparto convenido entre los órganos legales de acción política, los partidos que ocuparon el mismo Estado Administrativo que dispuso Franco. Y esto, como no es una opinión personal, sino un juicio cierto legalmente aprobado y legítimamente dispuesto en las urnas, sigue siendo un asunto de rabiosa y absoluta actualidad. No sé puede explicar lo que existe hoy si no se da un paso atrás al origen cercano del Régimen actualmente establecido. 

La servidumbre voluntaria se trata de un fenómeno social, de carácter moral, no de ninguna “plandemia” asociada a ningún plan o poder oculto, está a la vista de todos. La propaganda del descarriado término de “geopolítica” es la imagen fantasiosa, o, mejor dicho, el eufemismo, de la “Razón de Estado” de los partidos.

Servidumbre, de origen político exclusivamente y legitimidad social de ejercicio, el fraude de las urnas sin posibilidad de elección provoca repercusiones sociales agravantes necesariamente. Cuando no hay libertad política Colectiva no puede haber ningún tipo de cambio, en el poder ni en la sociedad, que no sea la constante degradación de la herencia franquista. La evidencia es que hoy seguimos viendo cómo millones de españoles siguen participando, no sólo en las urnas, lo cual les hace cómplices y culpables en su ejercicio político no electivo prestando autoridad, sino en su obediencia ciega a cualquier dictamen estatal. Sea coherente o no. 

La práctica de votar a la corrupción de todos los partidos ESTATALES es, desde sus comienzos en España con el Régimen de 1978, el límite del imaginario público, lo que ha hecho de la moral de los españoles un despropósito, principalmente por propio temor a lo desconocido, que es “lo que se podía haber hecho y no se quiso hacer”, no como nos han contado “que se hizo lo que se pudo”, o “como no podía ser de otra manera” eso es falso, no sólo siempre en política, desde el momento en que se percibe el resquebraje del Régimen y no sólo no se hace nada, sino que se sigue participando de él y con él. La mayoría de los españoles que vota se mienten a sí mismos pues. 

Esto es y no otra cosa, lo que prevalece, lo que existe ahora, la discostumbre, me refiero a la falta de moralidad pública, como del mismo modo y al mismo tiempo, la ausencia, y el rechazo, de valores cívicos propios de una sociedad sana, los disvalores. Bien podemos ver los efectos, a la vista de todos, de esta forma de gobierno del Estado de partidos o Partitocracia más vulgarmente conocida. Esto es un 2+2=4, es decir, no hay otra cosa que no sea esto.

 

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Art. redactado por Antonio HR, miércoles 10 de abril de 2024.

 

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