¿Por qué no hay manifestaciones masivas contra la subida de la luz?

¿Por qué no hay manifestaciones masivas contra la subida de la luz?

Un trabajo de Borja Arias Montero.

“Cuando los quijotes nos unimos, los molinos empiezan a temblar”

(Juan Carlos Caso Moreno)

Los hechos que se van a narrar a continuación ejemplifican a la perfección por qué, pese a que toda la sociedad está exigiendo una gran concentración por la subida de la luz, todavía no se ha organizado nada. En esta especie de crónica narraremos el testimonio de una persona muy activista en el ámbito de la ciudad de Cáceres, que se puede extrapolar al resto de ciudades y movimientos civiles, para ver la causa de por qué nadie se manifiesta por la subida de la luz, pese a que sea un bien común que están usando de excusa para saquearnos.

La Confederación de Asociaciones de Vecinos de Extremadura, organizó hace casi un mes una manifestación contra las continuas subidas de la luz, organización apoyada por colectivos vecinales y agrupaciones políticas diversas. Los asistentes encendieron velas por las facturas que llegan a la región porque las familias tienen difícil el hacer algo tan simple como “poner una lavadora”, comentaba uno de los asistentes frente a la Asamblea de Extremadura el día 1 de octubre.

A la manifestación organizada por la misma agrupación de vecinos en Cáceres, convocada antes que la de Mérida, apenas acudieron 300 personas, varias de las cuales eran “infiltrados” de Podemos que se manifestaban contra los oligopolios. Uno de los organizadores de las manifestaciones es Juan Carlos Caso Moreno, que pese a que le habían prohibido protestar contra el gobierno o el Estado de partidos gritaba: ¡Eléctricas, ladrones; Podemos, ¡PSOE, traidores y esquiroles!, y ¡Partitocracia, aquí está la democracia!

Para Juan, las protestas deben hacerse desde la sociedad civil, y para ello las asociaciones vecinales, como de la que él fue portavoz, son las que deben movilizar sin ideologías al pueblo. Sin embargo, como comprobaremos después, estas han sido parasitadas por los partidos estatales, concretamente por los que gobiernan en ese momento; es decir, que muchas organizaciones se venden a los colores.

En la Asociación vecinal de Cáceres los presidentes no pueden ser de partidos, pero algo revelador que narra Juan Carlos, es que en otras asociaciones poco a poco están eliminando en las asambleas esta condición gracias a la infiltración de partidos. Estas se tienen que enfrentar, según el entrevistado, a los partidos políticos para que no se abandonen las decisiones de los participantes del pueblo en tales cometidos y para enfrentar a las injusticias desde la sociedad civil directamente. Juan Carlos tuvo que dimitir de la portavocía de la Asociación de Cáceres por presiones políticas, algo que “hay que denunciarlo”, reivindica el protagonista; concretamente, el dice que en ese enfrentamiento el PSOE aplica medidas coercitivas o compra a las personas con subvenciones. Así muchas veces las agrupaciones se dignan a depender de estos agentes políticos por las causas mencionadas; en palabras de J.C: “como toros agarrados por los cuernos”.

Pero ¿Qué tiene que ver este contexto con que una masa proteste contra una subida de la luz que va a empobrecer a una sociedad ya diezmada por tanto saqueo?

Para él, la poca movilización es causada porque los partidos mandan órdenes o mensajes en los que se pide desde estos a las asociaciones que se queden quietas, y como buenos súbditos lo hacen. Lo que sucede es que, según el entrevistado, hay que dar una respuesta social desde las instituciones para hacer ver que se está haciendo algo. Las manifestaciones son apoyadas por estas asociaciones civiles que los partidos usan en su beneficio. “Como quien gobierna son los nuestros, hay que estar quietos”, es la máxima de estas asociaciones afirma J.C..

Desde las instituciones se pidió a la manifestación de Cáceres, que no se lanzaran proclamas políticas hacia el gobierno y que solo se protestara contra las eléctricas, empresas que, para más inri, están controladas por expolíticos de facciones estatales como PSOE y el PP, a los que no les interesa un fuerte movimiento. A esta manifestación cacereña acudieron también concejales de Unidas Podemos cuando justo, en el día anterior a la protesta, estos aprobaron la subida al impuesto del rodaje, es decir, que van pancarta en mano a prestar contra la subida de la luz junto con el PSOE, partido aliado de las oligarquías empresariales. En palabras de J.C: “Manifestación descafeinada donde se les dijo que no hicieran proclamas contra el PSOE”.

A Juan Carlos (el último a la derecha) se le acercaron dos personas a reprocharle que él estaba insultando al partido y que él no debía estar ahí, cuando él tiene libertad de expresión. Estos individuos increparon a la agrupación vecinal reprochando que “si dejaban que dijera esto”, a lo cual el presidente respondió, que “esto era un país libre y democrático”.

Días después, cuando decidieron hacer una manifestación las conferencias de asociaciones de vecinos (CAVE) frente a la asamblea de Extremadura, cuyo presidente es supuestamente fiel al PSOE, el resultado fue que la manifestación se convocó un viernes por la tarde y no como se suele hacer los jueves, cuando sí hay diputados de la asamblea dispuestos a escuchar. Todo esto a pesar de los pocos asistentes previstos (50 personas aproximadamente) por la poca publicidad intencionada para que no hubiera mucha asistencia, y pese a que, desde la CAVE, se encargaron Juan y otras personas de enviar invitación a los partidos a participar a la manifestación civil contra la luz. Hay que decir que hicieron acto de presencia un diputado de Ciudadanos y un diputado de Unidas Podemos, como acción individual.

Juan Carlos afirma así que, si las asociaciones están parasitadas por los partidos, ya tenemos respuesta a por qué nadie se moviliza desde la sociedad civil por algo que afecta al pueblo.  Esta es una de las razones por las que Juan Carlos abandonó la ya mencionada portavocía de la Asociación de vecinos de Cáceres, por la intromisión del PSOE y otros partidos estatales. Ejemplo de la prostitución de las agrupaciones es que cuando esta asociación de Cáceres pidió la iniciación de la fase dos de su nuevo Hospital, no obtuvieron respuesta clara.

En esta coyuntura, al igual que pasa con la luz, a los sindicatos y agrupaciones politizadas no se las ve, afirma Juan Carlos, porque los representantes tanto de las facciones estatales como del gobierno en funciones, hacen caso omiso porque son estos quienes respaldan la movilización o no. “Porque no hay una democracia formal, es toda una oligarquía de partidos y estoy convencido de que eso es una oligarquía de partidos totalitarios, donde los ciudadanos no tenemos mecanismos para defendernos”, afirma el entrevistado. Por ello reivindica que hay que movilizarse en asociaciones de distrito como las vecinales o la Junta Democrática (a la que pertenece), “para que la sociedad civil empiece a tener poder”.

El recibo sube diariamente mientras los españoles son esquilmados por una casta parasitaria oligárquica que solo pone trabas, hemos de hacer ver que anteponen sus intereses a los de la sociedad. Alberto Iturralde en este sentido analiza muy bien qué está pasando actualmente con este sector; afirma que la única medida para contentar a las masas es que han bajado los impuestos para destinar ese dinero a manos privadas de oligarquías, es decir, bajan impuestos de la luz para destinar dinero al sector privado eléctrico ocupado por políticos que necesitan un cargo cuando se retiren, pasando los impuestos tan altos que la casta política estatal había puesto para costear la crisis del coronavirus a empresas privadas, cuyos puestos más altos están ocupados por políticos. 

“Todo sin que haya una movilización masiva por esta injusticia, tal y como la élite quiere”.

Borja Arias Montero, a 31 de octubre de 2021.

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