(Stańczyk (1480 – 1560) fue el bufón de la Corte más famoso en la Historia de Polonia)
El pueblo español, el bufón de la Corte. La ignorada permanencia del poder del dictador
En España hay gobierno, puesto que hay Ejecutivo, que es elegido, pero no directamente por los votantes, sino por los empleados que los jefes de partido han escrutado en peso de su lealtad a él para la investidura; quiero que quede aclarado entonces, que no es el pueblo el que elige al presidente del gobierno directamente con sus papeletas, que en el caso de España podríamos llamarlo Primer Ministro, ya que ni siquiera cumple con la denominación de presidente, porque para eso debería de ser elegido en un sistema de presidencialismo donde directamente se elija ese cargo desde la sociedad civil, es el ficticio y teatral poder Legislativo, los llamados diputados en el Congreso, los que en un acto como en el mayor de los imperios de la historia, envisten de poder a su jefe y amo que es cierta y verdaderamente y en lo esencial a quien se deben porque fueron denominados precisamente para eso, para dedicarse a seguir los pasos del jefe de filas, en última instancia y en su función siempre en aras del Estado y nunca lo harán en peso del pueblo y mucho menos de la legislación de la Nación que es la correspondiente como diputado en el Legislativo; así funciona la Partitocracia, un Régimen de poder que carece de representación política de los ciudadanos en todos los sentidos constitutivos y funciones del poder, que confunde la representación del ciudadano por la identificación de este con las facciones que se deben y residen para y en el Estado. El Estado de partidos que hay como forma de gobierno ha logrado confundir a las masas en cuanto a su percepción de lo que nos gobierna, distorsionando el término político de democracia por ejemplo, y colmando y saturando a las personas con todo lo que tenga que ver con lo político o lo público, haciendo creer a millones de españoles que al presidente lo eligen ellos directamente en las urnas y que están representados por las listas de empleados de partido a los que votan y ven en los medios por su afección a sus discursos o a los símbolos y logotipos que el mismo Estado crea para la propaganda de los partidos.
Una realidad de apariencias y de contradicciones entre los conceptos de realidad, ficción y consecuencia, que enclava y encamina a la sociedad a seguir las únicas opciones políticas que establece el Régimen establecido, sin posibilidad de ninguna acción particular de oposición desde la sociedad civil que pueda cambiar un átomo de la estructura ni del funcionamiento de las instituciones que ellos mismos mantienen con sus impuestos ni tampoco al personal que contienen, ya se corrompan, prevariquen, maten, etc, la propaganda estatal y su espectáculo mediático contiene este hecho y da continuidad a la proyección de lo que se pretende aparentar, sino con mentiras con medias verdades que son más mentira aún, es decir con un veneno letal y fundamental a la vez en el Régimen de partidos estatales, la confusión, que es directamente degeneradora de la conciencia de lo que vemos y percibimos alrededor sobre lo que nos atañe públicamente. Mientras, en España, no hay democracia, porque se sanciona oficialmente y reconocido así por el primer Presidente del Tribunal Constitucional Manuel García Pelayo y está definido también, por si hubiera alguna duda de lo que aquí escribo, por la ciencia política más avanzada de Europa en el Tribunal Constitucional de la Jurisprudencia en Bonn, Alemania, donde se define y describe qué es y cómo funciona el Estado de partidos o partitocracia vulgarmente hablando que hay en España desde el 78, con una estructura gubernamental exactamente igual que con Franco: un único poder y división en funciones; de partido único estatal a partidos varios estatales en unanimidad o consenso político; el Ejecutivo es el número uno y es el que elige al Legislativo y al judicial; las Cortes, el Senado, el infame e inútil Senado o ridículamente llamado cámara de representación territorial, también lo tenía Franco; con Franco también se votaba y también hubo mentira, se vendía libertad y se vendía democracia, y para más INRI, denominando la forma de gobierno que era la dictadura en un régimen autoritario o incluso democracia orgánica; estas son algunas de las más destacadas confusiones y realidades que hoy el pueblo español pretende saber mediante tópicos, creencias individuales y leyendas urbanas. Con lo cual, queda todo “atado y bien atado” mediante la Monarquía que designa Franco, aceptando Don Juan Carlos de Borbón coger el timón del barco del poder del Régimen anterior, no hablemos de Arias Navarro, que todos se preguntaban ¿porque ese señor ahí?, hablemos de Suarez, el origen, tras el nombramiento de este por el Emérito, para coger la alternativa en la presidencia del gobierno sin la consulta previa y pertinente con absolutamente nadie. Con la TRANSACCIÓN no cambió absolutamente nada en cuanto a la estructura gubernamental e institucional, ni tampoco a la forma de constatar el poder ni de constituirlo.
En cuanto a la sociedad se refiere, y disimulando la tragedia represiva del poder del dictador, para aliviar ese temor a la expresión personal y decisión en las formas de vida, se añadieron algunos derechos y libertades individuales que no se aceptaban en la dictadura, ni por el poder ni por gran parte de la sociedad acomodada al régimen, y así, de esta manera esquiva de mostrar la verdadera realidad pública y en ausencia de Libertad Política del pueblo español, se establece mediante el consenso político algo aún peor que la dictadura, la anulación de facto de la “libertad de pensar” para dar paso a una aclamada libertad de expresión que no sirve para nada, que menos sirve para lo más esencial, que es poder cambiar el poder y controlarlo, en España a la muerte de Franco ya se puede hablar, pero nada más, hablar y decir lo que sea, en cambio nadie puede cambiar nada de lo que el Régimen nuevo establecido tiene estipulado. Y así, de esta manera, se distorsiona la percepción del significado del concepto de Libertad en singular, único necesariamente de carácter colectivo y no individual como los derechos y libertades individuales que, sí que existen, pero que dependen de lo que pretende la facultad que da la ley dictada por Decretos desde el Ejecutivo. De tal manera se instituye mediante el consenso político en términos de concordia y reconciliación, la gran mentira que tiene hoy, en consecuencia de aquellos pactos y relaciones de poder de espaldas a la sociedad española, que hoy y a consecuencia de ello, está totalmente destrozada, incapaz y agonizante, aunque aún, tras más de cuatro décadas, hay algún suicida, o algún intelectual de esos que lo saben todo, que dice que Vox será el resplandor y el porvenir de España, que es la solución dicen, yo les digo, animo, “ya os queda menos para vuestro fracaso”.
Nada se puede cambiar, ni cambiará, porque es imposible, si no hay una oposición a lo que hay, es decir, si lo único que hay tiene que ver sólo y únicamente con los asuntos del Estado. Hoy, y aunque muchos reformistas quieran negarlo, aún tenemos lo que somos como medio de defensa, la Nación, la única oposición real al poder del Estado, es el otro poder que hay que extraer de las fauces del Estado y con él la Libertad Política de los individuos secuestrada por los partidos políticos que se instauraron en el coto del Estado sin aviso previo. Dentro del Estado, en el espectáculo de los partidos políticos, no hay oposición real, no la puede haber, son facciones que ya tienen entre ellos constituido el poder que está sobre la Nación, no puede haber oposición porque hay unanimidad, puede haber una regañada lucha por los puestos, por la fama, por el poder, pero siempre en el margen estatal, es por eso que la Nación española está apartada y extraviada en el sentido en el que va encaminada la realidad política. Considero los términos Estado y Nación en su significado sumamente útiles para entender lo que yo aquí escribo y para dar solución a la confusión que fundamenta el funcionamiento de la Partitocracia, una vez entendidos estos dos términos, al menos para mí, servirá mucho para exprimir la mentira y desvelarla en el entendimiento de la realidad política. ¿Qué se quiere creer la sociedad española, si sabemos que todo lo que viene de los medios es mentira?, ¿Cuál es la película preferida?, ¿la corrupción, las ideologías, los rojos, los fachas?, ¿Cuál?, ¿la miseria, la esclavitud, la ruina y el paro?, ¿cuál es el juego de la ruleta rusa de los partidos es al que quiere jugar la sociedad española, que no cesa de meter la mano en el fuego después de haberse quemado ya innumerables veces?, ¿Qué más necesita la sociedad española para darse cuenta de que hemos vivido en una mentira más de cuatro décadas y cuanto tardara en poner remedio?,¿Por qué miedo, si todo lo que venga nuevo a poco es más sano que lo que hay?, ¿tendrá valor la sociedad española para reconocer y aceptar que se ha participado de manera pública y a la vista de todos en un grandísimo fraude institucional y gubernamental?, ¿aún y a estas alturas se creen los españoles que desde el poder se mira por el individuo? ¿Cuándo dejará de vivir de sus opiniones y su escepticismo la sociedad española para aceptar la verdad única y cierta que es la misma para todos?, ¿a qué espera la sociedad española para dar un paso, si la verdad está delante nuestra?, ¿Cuándo se dará cuenta la sociedad española que el único que puede cambiar el rumbo de los acontecimientos es su conciencia en cuanto a la participación en los cepos de las urnas del Estado de partidos?, ¿Cuándo dejará de ser la sociedad española el hazme reír de sus gobernantes?
Antonio HR, jueves 17 de febrero de 2022.
Estupendo artículo. Me gusta la frase “Hoy, y aunque muchos reformistas quieran negarlo, aún tenemos lo que somos como medio de defensa, la Nación, la única oposición real al poder del Estado, es el otro poder que hay que extraer de las fauces del Estado y con él la Libertad Política de los individuos secuestrada por los partidos políticos que se instauraron en el coto del Estado sin aviso previo. ” Felicidades Antonio.
Quien sino la Nacion, la sociedad gobernada, los afectados, va a solucionar el problema politico que tiene origen en la integracion de los partidos en el Estado para anular la mas minima posibilidad de representacion de estos ante el poder, y no digamos la anulacion de Libertad politica.