Canadá, un esbozo de Libertad.

 

En la España actual de pleno siglo XXI, es difícil todavía sacar la opinión pública del pasado lejano que atravesó la Nación, más de ochenta años para ser más exactos, a lo que se denominaban entre el conjunto de sus habitantes del momento enfrentados en una Guerra Civil “los rojos y los fachas”, Nacionales y Republicanos. Hoy, los españoles, gracias a la propaganda partidista y no habiendo superado la aceptación moral y lógica de lo ocurrido ni haberlo dado un sentido coherente en el entendimiento de los hechos políticos de esos lamentables acontecimientos para el pueblo español, ni tampoco habiéndose desarrollado un estudio científico y análisis oportuno de manera objetiva de su axioma como hecho que enfrenta a las ideologías coetáneas por haber dejado la dedicación académica en aras de las ideologías, romanticismos y pasiones de los historiadores que se han lanzado a explicar lo sucedido, la razón de la sociedad española sigue dando vueltas al mismo farolillo casi un siglo después en diferido.

Este artículo de actualidad, no trata de los acontecimientos en España de la primera mitad del siglo XX, mi intención con el primer párrafo era situarme en un tipo de actitud social conocida. Aquí nos vamos a finales de enero de 2022, en Canadá, el pueblo intuye o huele el camino de su Libertad Colectiva tras las restricciones públicas de estos dos últimos años en su territorio nacional; los hechos comienzan y se dan especialmente en la capital Ottawa, con la llegada masiva desde todo el territorio, y también desde la frontera con Estados Unidos, de profesionales del transporte apoyados por numerosos movimientos de miles de personas desde la población. Veamos algunas de las portadas de los noticiarios, imágenes y videos reproducidos que vienen de los medios de aquel Estado.

 

Un pequeño resumen de hechos sucedidos en el ámbito político y social y el anuncio de “Estado de emergencia” en la capital de Canadá por las protestas de camioneros y otros profesionales de otros sectores contra las restricciones sobre la vacunación obligatoria.

El contenido que he podido recopilar en esta redacción viene publicado en los medios del país y datan del 14 febrero de este 2022 y tienen origen desde la sanción en el Gobierno del Primer ministro Trudeau cuando impuso el 15 de enero la vacunación obligatoria a los camioneros canadienses que cruzan la frontera con Estados Unidos, añadiendo, además, que los chóferes extranjeros que no se hayan vacunado tienen prohibida la entrada al país.

En Toronto (Canadá), durante la segunda semana de acontecimientos sociales de protestas, especialmente por profesionales del transporte y acompañados de miles de personas de la población civil, al Primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, los hechos le fuerzan a planear una celebración ese mismo lunes 14 en una cumbre de emergencia con los jefes de Gobierno de todas las provincias del territorio nacional en medio de la ola de protestas de grupos de manifestantes, y sucede tras el reinicio del tráfico en el puente internacional “Ambassador”. El presidente Trudeau, decide debatir con los primeros ministros de las provincias y territorios la crisis causada por las protestas contra las restricciones gubernamentales impuestas y que tienen el propósito de frenar tales medidas, manifestaciones que tienen como origen general la situación de quiebra económica especialmente que vive la Nación desde hace casi dos años desde que empezó todo el entramado político-sanitario en todo el mundo. Posteriormente, se reunirá con todos los diputados del gobernante Partido Liberal, en la noche anterior del domingo, Trudeau mantiene otra reunión con el Grupo de Respuesta a Incidentes (GRI), un gabinete de emergencia compuesto por un selecto número de ministros y altos funcionarios que sólo es convocado cuando se producen situaciones de crisis que afectan a la seguridad nacional. Según un comunicado publicado en Twitter, el primer ministro indicó que el grupo trató “acciones que el Gobierno puede tomar para ayudar a terminar los bloqueos y ocupaciones”

El tratado consiste en que el gobierno debe presentar una moción tanto en la Cámara de los Comunes como en el Senado, en un plazo de siete días de sesión, en la que solicite la confirmación de la Declaración y explique los motivos de la misma. Con lo cual, tanto la Cámara de los Comunes como el Senado deben votar la moción. Si la Cámara de los Comunes o el Senado no votan a favor de la Declaración, ésta queda revocada ese mismo día. La reunión del GRI se produjo después de que el ministro de Preparación para “Emergencia”, Bill Blair, advirtió ese domingo que el Gobierno está considerando invocar las leyes de emergencia del país, lo que podría significar el uso de las fuerzas armadas. El 14 de febrero, lunes, al día siguiente de tal reunión, Justin Trudeau invocó los “poderes de emergencia” para reprimir la protesta pacífica de los camioneros en Ottawa. La Ley de Emergencia se convirtió en ley en 1988, y nunca se había utilizado hasta ahora.

Mientras, la situación en el puente internacional “Ambassador”, que conecta las ciudades de Windsor (Canadá) y Detroit (EE.UU.), volvió al siguiente lunes a la normalidad, después de que la Policía canadiense despejase el domingo la protesta que mantuvo el cruce del viaducto bloqueado durante una semana, camiones y vehículos privados empezaron a circular por el puente, el principal paso fronterizo entre Canadá y Estados Unidos, a partir de la medianoche. El puente, por el que circulan diariamente mercancías por valor de unos 400 millones de dólares, había sido bloqueado por camioneros opuestos a las medidas contra las restricciones sobre la supuesta pandemia. Desde la Policía de Windsor se informa que se detienen a más de una veintena de manifestantes y la retirada de varios vehículos en la operación que permitió la reapertura del puente. Hay otros dos cruces fronterizos, Coutts en el oeste del país, y Emerson, en el centro, los que aún hoy continúan cerrados al tráfico por las acciones de camioneros y agricultores movilizados por el movimiento y grupos de manifestantes.

Las reivindicaciones principalmente titulan lo siguiente: los camioneros quieren que: “se restablezcan sus libertades civiles”; “acabar con los mandatos”; “quieren recuperar su libertad”. Andrei Mincov, un abogado canadiense, en mi opinión acertado, escribe: «Si la palabra “libre” ha de tener algún significado real, tiene que implicar no estar sujeto al control o a la dominación de otro, ya sea una fuerza exterior, la fuerza del gobierno o la fuerza de otras personas u organizaciones, si la palabra “libre” ha de tener algún significado, debería significar algo más que cualquier libertad que quede después de que el gobierno haya terminado de restringirla».

Es en la capital, donde la ocupación por un convoy de aproximadamente medio millar de camiones acompañados por miles de personas de la población civil en el centro de la ciudad, Ottawa, llega a su tercera semana sin señal de resolución y el gobierno en vilo ante tal movilización. La capital de Canadá, declara el “Estado de emergencia” por las protestas de los camioneros ante la imposición de la “vacuna obligatoria” para quienes crucen las fronteras con Estados Unidos, manifestaciones que se iniciaron hace alrededor de un mes y han conseguido paralizar la ciudad. El alcalde, Jim Watson, afirmó que la capital estaba “completamente fuera de control”, dado que los manifestantes superan en número a los de la policía, y declaró que: “las protestas suponen una amenaza para la seguridad de los residentes”. Tras este comunicado, la policía de Ottawa anunció el incremento de las medidas de control a los manifestantes en el centro de la ciudad, donde se impondrán multas a cualquier persona que lleve ayuda material, combustible u otros suministros a los manifestantes, pudiendo ser esa persona detenida; _Estamos listos para actuar, para expulsar a los manifestantes ilegales de nuestras calles”_, dijo en una conferencia de prensa el jefe interino de la Policía de la ciudad, Steve Bell.

 

Algunas reflexiones sobre los hechos y acontecimientos en Canadá y la actitud de la sociedad española en los mismos términos sociales y políticos. 

No pasa nada si aquí, en España, todo ese “jolgorio” no ha llegado aún, todo se dará, la Libertad solo es una conquista para los valientes, para los inteligentes y para todos aquellos que no desprecian su dignidad como ciudadanos y personas. Se trata de algo que se refiere a un descubrimiento, pero sabiendo hacia dónde se dará y dónde hay que pisar para llegar a él, puede que se trate de intuición y también de experiencia más que de ideología e intereses personales como tiende en general los individuos a creer. Un descubrimiento que se origina especialmente en aquellos que buscan la verdad, única e igual para todos, y que en España, esa verdad, está condenada y apartada, está perdida en la amalgama del escepticismo y de lo relativo o simple y comúnmente está prohibida. Un proceso social evolutivo, que no se da de un hecho único, de aquellos que sienten y consideran la responsabilidad de su propia Libertad como ciudadanos o convecinos que viven en una misma sociedad conjunta.

En este artículo de actualidad, podemos apreciar que sólo la unidad y colectividad pública que muestran los ciudadanos canadienses deslumbra y refleja un espíritu de cambio y de valor, un impulso desde la sociedad, un amago de liberación y de conciencia pública colectiva y un espíritu cívico renovador, o al menos, señala una resistencia a la represión y al poder, una oposición real y organizada de la Nación contra el poder del Estado y los decretos de leyes no ratificados por los que los tienen que obedecer. 

¿Seguro que no soy el único que ve, que España está a años luz de muchas naciones en el sentido político o público, en la consideración y la conciencia como sociedad que convive en este planeta con otras vecinas y más lejanas? Pues no, en España se dice, se piensa y se cree que hay que votar, votar y votar, obedecer y ser fiel a la legalidad impuesta con mandato imperativo, ilegítimamente según “la Constitución del 78” ya que esta prohíbe el mandato imperativo, desde el gobierno, es decir desde el Ejecutivo, pensad, leyes hechas y dictadas únicamente por el Ejecutivo, ayudado y recomendado por la oligarquía económica especialmente, bancos, aseguradoras y grandes multinacionales. Los españoles generalmente optan por votar y llevar trapos para tapar el rostro, que científicamente probado no evitan el contagio de virus, e inyectarse cualquier líquido que digan en la televisión los políticos y sus resortes mediáticos; votar a VOX, a PSOE, a PODEMOS y a PP, decir y querer creerse que en España hay democracia, que somos libres porque podemos votar, hasta tal punto trasciende el espíritu de colectividad en España de no fiarse ni del vecino y mirarlo mal. Y las calles muertas, los negocios cerrados, el ambiente triste y desolador, la miseria y la ruina latente cada vez más, pero no, lo importante y la solución es votar. Hay que votar y votar hasta rabiar, aunque todo explote, pero votar, en los rojos, en los fachas y en Franco deriva la razón, la lógica, la conciencia y la moral de la sociedad española en el terreno público en pleno 2022. 

Realmente en España hace ya mucho que no es agradable en determinados sentidos la convivencia entre individuos, incluso entre amigos y familiares, da igual si la solvencia económica es positiva o no, o el nivel de vida sea óptimo y laudable, ciertamente se da una situación moral patológica en términos sociales que surge cuando se comparte la corrupción, la mentira, la crispación y la psicosis es ya latente y se evidencia por doquier en cada rincón de la Nación; cuando el grado de metástasis en la conciencia pública y la moral ha corroído y carcomido hasta el último individuo y ya no se respeta nada; o cuando la división social por las diferentes ideologías o simbolismos ha degenerado en la desconfianza al convecino y es causa axiomática de la falta de conciencia como pueblo; cuando la individualización ya no es causa como principio propio de las sociedades sino que es algo que hace peligrar la conciencia respecto de la relación entre individuos que viven en la misma comunidad vecinal; cuando todo es ya insostenible, gobernados y gobernantes y todo lo relativo al entramado público está más que degenerado y devastado, ¿qué hay de malo y qué puede ser más sano que todo el edificio sociopolítico y económico se derrumbe y se construya otro nuevo desde la sociedad civil?, ¿miedo a lo nuevo y desconocido? Miedo hay que tener hoy mirando el lugar y el panorama público en el que se encuentra especialmente la sociedad española; pérdida, abandonada, humillada, empobrecida, enloquecida, engañada y arrumbada. 

Muchos son los que adoptan la postura de ir a votar, simplemente por el hecho de que lo dicen en la televisión, mientras, en Canadá, se desenvuelven, no quieren servir al poder, se revelan, se levantan y se unen, unos y otros, porque allí también hay izquierdas y derechas, conservadores y progresistas, partidarios y no partidarios, de hecho, como podemos observar en estos acontecimientos de aquella Nación, los medios de comunicación de izquierda no les gustan las protestas acaecidas; un ejemplo lo tenemos en una asociación de izquierdas, “GoFundMe”, que suspendió la recaudación de fondos para el camionero después de recaudar 10.000.000 de dólares, naturalmente, la política del Primer ministro Trudeau lucha contra los camioneros, pero el público los apoya y ha donado millones de dólares para ayudar a su causa. Un medio canadiense conocido, “El último refugio” ofrece detalles: “La recaudación de fondos para el esfuerzo supera ahora los cinco millones y medio de dólares yendo en aumento, se estima que más de 50.000 vehículos están participando en el esfuerzo del convoy, y el Departamento de Transporte canadiense está haciendo todo lo posible para detener, bloquear e impedir los montajes”. 

Esto no es algo accidental, el movimiento se ha convertido en un conflicto del canadiense medio, representado especialmente por camioneros, pero que se desarrolla también por parte de toda una sociedad civil gobernada, contra el gobierno de izquierdas, representado por las agencias federales activadas del Primer ministro Justin Trudeau. Realmente se ha convertido en un ejemplo increíble de una lucha del pueblo, de la sociedad civil contra el gobierno, es decir, contra el Estado, a pesar de las diferentes ideologías personales de los individuos que se manifiestan. Lo que realmente quiero señalar aquí sobretodo, es que saben que son un pueblo, una Nación, lo cierto es que están descubriendo, están tentando al poder, lo han motivado de hecho, y es que, según lo que dicen los medios más cercanos y afines a estos acontecimientos en tal Estado, no se había visto movimientos tan masivos, tan recurrentes y objetivos como los que se están viviendo en Canadá hoy y desde hace 20 días, que juntos y unidos de manera colectiva avanzan, caminan y han logrado alterar el orden y reunir un Consejo de los principales ministros. 

Desde luego un ejemplo de conciencia como pueblo.

En España, bozales, inyecciones y a votar, bozales inyecciones y a votar, y rojos y fachas, y VOX y PP, PODEMOS y PSOE y a votar, y rojos y fachas y bozales e inyecciones; por obcecación se vota, por cabezonería y “porque sí” y no hay más, por tradición como de una religión se tratase, sin mirar la razón del porqué y sus consecuencias, un infernal e infinito bucle laberíntico; mientras, el mundo da vueltas y próspera, descubre y se desenvuelve.

Yo NO voto porque en España NO hay democracia, ya votaré cuando pueda yo elegir a alguien que me represente, y pueda elegir en otra urna a mi presidente del gobierno, mientras como ciudadano libre que me considero, no votaré para no ser culpable y cómplice de la corrupción y la indecencia, para salvar mi dignidad como persona y para no ser perjudicial para mi sociedad y mi pueblo, porque sé que votar sin democracia nos ha traído a un lugar de donde difícilmente se podrá salir si no es mediante una verdadera revolución sociopolítica, y que, aunque se quiera disimular, el enorme hedor a muerto y podrido llena las narices por donde quiera que se camine. No me permito el lujo de tener ideologías porque soy consciente de que, sin Libertad Política Colectiva, todas son falsas, no existen, y es que nadie puede en España probar lo que dice porque nadie puede elegir ni revocar al poder, por eso en España todas las facciones estatales pueden decir lo que sea, decir ser de izquierdas o de derechas, ser son lo que son, órganos permanentes del Estado en unanimidad o consenso, conservadores de lo que hay, todos reformistas y monárquicos, defensores de esa Monarquía ilegítima que el dictador dejó para su legado en el futuro y que hoy está en vigor y que todos los españoles apoyan y dan legitimidad en la urna. 

“La revolución de la Libertad Política Colectiva, la de la Libertad Constituyente, es la llave de los pueblos libres para su evolución positiva, su prosperidad y su progreso y el primer paso para que haya democracia formal”.

Una redacción de Antonio HR, a 20 de febrero de 2022.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *