De la servidumbre a la Libertad. A los vecinos de la localidad vallisoletana de Hornillos de Eresma.
Queridos convecinos de mi localidad natal, es sinceramente un orgullo y un honor, como también lo considero una necesidad por el contenido del artículo en relación con la situación sociopolítica contemporánea en evidente decadencia, no solo en la comarca de Hornillos de Eresma, sino en todo el territorio de la Nación española, de que me hayan dado la oportunidad para plasmar en blanco y negro, en el periódico “La voz de Hornillos”, unas discretas, pero objetivas líneas, de lo que a todos nos puede sonar conocido o cotidiano, y también nuevo y desconocido. Y aunque podría escribir un libro entero tratando tales asuntos, me voy a remitir y centrar en lo segundo, pues lo primero, lo cotidiano, no es necesario dar muchos detalles de ello, pues ya todos lo reconocemos y lo podemos ver con los ojos. Y es desde mi conciencia y mi moral, con mi voluntad e integridad en los asuntos públicos, y con todos los conocimientos que hasta ahora y desde hace algún tiempo he podido adquirir en el estudio y observación en materia de humanidades y Derecho, es por lo que voy a reflejar algunos párrafos que espero sean, sin ningún menoscabo a ustedes, al menos, razón para reflexionar sobre el asunto. En este artículo trataré de señalar las causas del porqué de lo que vemos, pues es algo que en ningún medio de comunicación ni institución anuncian, lo cual, fuerce a la mayoría de personas inevitablemente a enfocar la vista tan solo en los efectos de las formas establecidas, a consecuencia indignarse por ello y no se hagan las preguntas pertinentes para poder entender de dónde proceden y cuál es el origen tales consecuencias; yo aquí, lo voy a pretender, procurar y trataré de ser lo más claro y riguroso en cuanto a la materia se refiere y dentro de lo que mis estudios y conocimientos empíricos me permitan para poder hacer estas consideraciones.
Sin necesidad de desavenencias ideológicas, no aptas para ningún análisis político, mi aversión al relativismo cuando se trata de señalar y escoger asuntos y hechos fácticos a la vista de cualquiera como son todos aquellos que están relacionados con todo lo público o político, y con la única intención de conmover y regenerar las conciencias, de llamar a la reflexión personal y de provocar un cambio social y político; procuro pues conseguir una revolución, pacífica, cultural, que tarde o temprano se dará naturalmente, pues todo no dura para siempre, y menos dudará este Régimen que ya está, más que podrido, muerto, se toque donde se toque, dada la experiencia en estos últimos cuarenta y cuatro años bañada y basada en la corrupción de todo lo público. Porque los conservadurismos, como lo son todos los partidos estatales en España, y también todos aquellos individuos que pretenden quedarse en esta ignominia de Régimen fraudulento y arbitrario, como digo, basado en la corrupción, que pretenden conservar lo que hay porque les beneficia, muy fatuos serían aquellos de querer cambiar de lo que viven y de los que les ha hecho llegar hasta donde están, algo que es falso y es mentira, sin lugar a dudas son conservadores de lo que hay, esto es, en el lenguaje vulgar, “de Derechas”. Sabemos entonces, todos los que observamos las líneas de la lectura y no leemos entre líneas como suelen hacer la mayoría por oportunismo, ideología o indiferencia, dónde está la mentira cuando todas las facciones políticas promueven “el cambio” en su propaganda, estando en la realidad todas ellas a disposición y dependiendo de lo que está establecido, siendo como digo conservadores pues. Esta postura política sería lógica y coherente cuando hay un sistema equilibrado que funciona, sin embargo, hoy, todo aquel que pretenda conservar lo que hay, o es un ignorante y no sabe lo que hace o es un sinvergüenza oportunista que, aunque vea que todo degenera a pasos agigantados, su voluntad ideológica personale está por encima de la vergüenza y la moralidad pública.
La verdad objetiva, que al contrario de lo que se cree o se piensa sí existe, ya que es una relación de hechos contemplables a la vista de cualquiera, y aunque nadie la puede poseer, lo que sí podemos hacer es decirla, mostrarla o señalarla. Es pues el primer principio y valor a seguir, escondida en la confusión del escepticismo, del relativismo y el subjetivismo rancio de las feas manías de la socialdemocracia imperante en toda Europa, de considerar a todo una opinión o juicio personal y dejar a la ciencia y al estudio fuera de cualquier contexto, sobre todo si el análisis no corresponde a los romanticismos ideológicos de cada cual. Todo se vuelve como vemos un desmán intelectual y nada se puede afirmar ya como verdad. La duda es viable cuando es cauta y procura un método de estudio, al contrario de la duda escéptica, que no lleva nada más que a la confusión y el nihilismo; a la sociedad átona que podemos presenciar hoy en España. Por lo tanto, quiero empezar señalando un hecho que a muchos les suena realmente desconocido, pues es un elemento totalmente ausente en España, ese es el elemento representativo. Los vecinos de Hornillos de Eresma y comarca deben de saber y ser conscientes de que, ningún vecino de la zona, ni de la comarca de Hornillos, ni de la Nación española, está representado por nada ni por nadie. En España no existe la representación política, está prohibida, es decir, el ejercicio en Libertad Política de los individuos en las urnas basado en la elección de representantes, esto es, de personas físicas y no partidos, no lo concibe el Régimen de partidos o Estado de partidos técnicamente hablando, vulgarmente Partidocracia, precisamente elaborado para impedir y sustituir a la representación política. La representación, es un contrato en virtud del cual, una persona ausente se hace presente, mediante un intermediario, ante terceros; en el mundo jurídico el ejemplo es el apoderado o el mandatario, que mediante un poder dado llamado “poder notarial” representa a otra persona allí donde ésta no puede estar ¿Qué sucede en la política?, ocurre exactamente lo mismo, pues la política viene de la mano del Derecho desde Roma, en su origen, su diccionario y su naturaleza conceptual. El representante de distrito, aquel al que todos conocen porque es vecino reconocido en el barrio o distrito, y al que los vecinos pueden pedirle cuentas de sus incumbencias públicas en su oficina de Distrito, cartas o correos electrónicos, en España, no existe. Esta persona, irá a un parlamento a exponer estas quejas, propuestas o demandas, y no debe de ser necesariamente de ningún partido, se debe sólo y exclusivamente a su distrito y debe de ser leal a él únicamente. Como vemos no se debe a ningún jefe de partido como sucede en España. La representación política sólo puede ser ejercida mediante personas físicas y nunca por partidos, que son entes abstractos sin personalidad jurídica. Bien, la voluntad de los gobernados mediante este principio representativo va directamente de la nación, los individuos, hacia el poder, quiere decir esto que, sancionado en una verdadera constitución, da facultad al pueblo para defenderse y hablar ante el poder mediante sus representantes que forman una Cámara de representantes o Asamblea Nacional siendo esto una primera medida de control fáctico y real a los gobernantes. Eso es otro nivel para los españoles, que no eligen a los diputados, votan listas de partidos que puso ahí el jefe de partido, que nadie conoce, ceden su confianza a desconocidos, y como votan partidos no eligen absolutamente nada. No existe ni ha existido nunca en España el elemento de representación. No lo confundamos con alcaldes y concejales, pues estos son brazos y órganos de representación del Ejecutivo, del Estado, en pueblos y municipios, y su ejercicio político no es el de representar a la nación sino al Estado.
Es sabido, desde tiempos ancestrales, que no ha habido un concepto más usado y preciado donde las sociedades e individuos hayan acudido más que al que trae consigo el significado de la palabra Libertad. El paso del tiempo desde las primeras sociedades hasta nuestros días, nos ha dejado muestras evidentes de que, la Libertad, no es algo que se negocie o se consiga en forma de limosnas o concesiones, o con pactos entre los poderosos, la Libertad, es un elemento preciado que se ha de conquistar, porque si no es una conquista, como vemos, es falsa y no es Libertad, caerá en manos de permisos o autorizaciones que serán concedidos u otorgados desde un poder superior, como sucede en la actualidad en España, mediante libertades individuales y derechos subjetivos. El propósito de la Libertad es una fórmula que atiende primeramente a la conciencia y la moral pública de cada individuo, y que, de manera colectiva, influye en el resto de la sociedad; es el principio que regula las relaciones de una sociedad determinada y los individuos de ésta con el fin de evitar el despotismo y la tiranía o el abuso de poder sobre los individuos y las minorías. La Libertad se reproduce en el terreno de la conciencia individual para poder meterla en una Constitución, es decir, en el terreno del Derecho y de la legitimidad de las leyes dándolas fundamento. La Libertad es un control innato al poder desde su conquista creando una relación original y originaria entre lo que es y lo que debe de ser.
Entre otros errores que han existido y que existen hoy en día en cuanto a la interpretación o conocimiento de la palabra Libertad, se encuentran aquellos que toman a este concepto como si fuese una ideología. La Libertad no es una ideología, es un principio verdadero, real y realizable, a pesar de que, algunos conservadores del servilismo y la arbitrariedad, propios de los regímenes autoritarios y enemigos de la Libertad, lo nieguen y afirmen ser imposible o utópico. Hay un ejemplo en la historia que nos lleva a la Independencia de los EEUU, la famosa y única “Revolución de la Libertad” conocida hasta nuestros días, del hecho político que conmueve los acontecimientos de la independencia de las trece colonias de la Monarquía Inglesa, en contra de la respuesta negativa desde el Parlamento inglés sobre la regulación de unos impuestos igualitarios para los colonos respecto de los insulares ingleses. No son las tropas ni los fusiles, ni siquiera los ejércitos aliados como Francia o España, sino la conciencia, la voluntad y la moral inspirada en la Libertad de los siete millones de colonos que en ese momento empuñaron sus armas para conseguir su independencia, de esa Revolución nace, y tras un periodo de Libertad Constituyente, la primera Constitución conocida hasta el momento, y a consecuencia, la primera Democracia representativa. Es la Libertad Política Colectiva del pueblo la que constituye mediante las diferentes convenciones y tratados, la estructura de poder y a sus gobernantes, así es hasta día de hoy, con sus fallos y errores, la Constitución de los EEUU es una verdadera constitución en términos jurídicos y políticos mientras no se demuestre lo contrario.
Cientos de guerras e intentos de revoluciones se han pretendido buscando igualdad, todas fracasadas. Este es otro de los errores empíricos de la humanidad, y que hoy en día es ideología suicida de prácticamente todas las agrupaciones políticas en Europa; esa es la ideología de la Socialdemocracia, esa que busca la igualdad. Por ser un contrasentido, todas estas revoluciones han fracasado, como fracasó la originaria madre ideológica de todas ellas la Revolución francesa, y como fracasó también la Revolución Rusa. Irremediable y fatal intento de la ideología de la igualdad, que funciona como un laberinto sin salida que refuta a los propios principios de la naturaleza, pues la naturaleza produce desigualdad necesariamente, esto es, que intentar anteponerse a lo que la naturaleza produce es algo básicamente estúpido e imposible, utópico, como intentan hoy todos los partidos en España, a consecuencia de un rácano complejo de inferioridad que produce la propia esencia del Régimen de partidos en la moral del individuo; alcanzar que todos los individuos seamos iguales, que no haya inteligentes y tontos, culpables e inocentes, que no haya feos o guapos, trabajadores y vagos, y que, ignominiosamente, todo se quede en la política de la mediocridad; algo sumamente monstruoso siendo una barbarie para cualquier conjunto de individuos que formen una sociedad, es todo lo contrario a la democracia formal y a la Libertad. Como resultado evidente de estos efectos degenerados y tan degeneradores que producen ese intento irracional de volvernos a todos iguales, resultan individuos desinteresados, personas átonas sin interés por nada, que no creen en nada, sin idealidades, que no es ideología, que germina en una sociedad sedada, perdida e impotente, en resumidas cuentas, pues impide el progreso, rechaza el talento de quien lo posee, la superación y la natural evolución de los individuos como seres racionales. Estos son algunos ejemplos para mostrar que la igualdad es utópica naturalmente, así como el principio de Libertad podemos ver que es realizable y es posible. Es la Libertad, la que da lugar a la igualdad de oportunidades y derechos, y no a la inversa. Buscar mediante la ideología la igualdad entre individuos, aparte de ser un intento político inmoral, es falso y es imposible por lo que he explicado anteriormente. La clase estatal en el poder en España se evidencia cada vez que se dirige a sus adeptos, ya que, puesto que mantienen privilegios inmanentes con la forma de gobierno que los hace distintos, apartados de la sociedad civil y viviendo del y en el Estado, no resultan como para practicar con el ejemplo.
La Democracia formal o representativa, sujeta al principio fundacional, fundamental y funcional de la Libertad Política Colectiva, donde el poder se constituye de abajo hacia arriba, y no a la inversa como sucede hoy en España y en casi toda Europa, lo que la hace ser sistema y no régimen, permite mediante el ejercicio en Libertad de los individuos, elegir las formas de Estado y de gobierno y elegir a unos diputados a Cortes Constituyentes para el cometido único de fundar una Constitución, documento jurídico creado y concebido para separar los poderes políticos dentro del Estado y garantizar los Derechos de los ciudadanos. Esta forma de gobierno, la Democracia formal o representativa, permite la natural y libre forma de “ser político” y responde a la conciencia de “estar en sociedad” de cada individuo, siendo las leyes parte de quienes las tienen que obedecer, porque responden a los intereses cotidianos y la conciencia y tradición del pueblo representado en una Asamblea Nacional de representantes de distrito que las elabora en virtud de la Nación. La Democracia formal no es la panacea terrenal, esta forma de gobierno originaria en Estados Unidos por primera vez y siendo la única establecida actualmente en todo el mundo, se crea por la desconfianza de los gobernados a los gobernantes, como una medida de control real al poder para evitar la corrupción sistemática y sistémica, sancionado en su Constitución, mediante la separación de poderes en dos urnas, una para el Legislativo y otra para el Ejecutivo, ya que, como dijo Montesquieu, el poder judicial no debe ni tiene que ser un poder político como tal, solo ser independiente de los otros dos poderes y que ni estos influyan en él ni este en los otros dos. Esto es lo que la conciencia de la Libertad Colectiva garantiza en su institucionalización mediante la Democracia formal, siendo así, la Nación controla al Estado, lo legitima y le da personalidad recíproca, la Nación mediante sus tradiciones y cultura al mismo tiempo que el Estado le da a la Nación la personalidad jurídica que esta necesita en la esfera exterior y en lo que atañe a lo interior, en la administración, seguridad y defensa de esta.
Como la Libertad no es una ideología, no es una opinión personal, es un principio realizable y posible, y debe de ser colectiva porque si no, no sería Libertad, sólo podemos concebirla mediante el conocimiento y la reflexión, con buena fe intelectual, actualmente, ya que en España ni en Europa ha existido jamás Libertad Política. En España jamás nadie ha podido elegir y menos revocar a sus gobernantes ni han podido elegir en libertad las formas de gobernar hasta la fecha. Esta Libertad Política es garante de todos los derechos y libertades individuales, es la que los crea, es decir, es la que crea la Ley y la fundamenta. Es previa a cualquier ideología, es decir, sin Libertad Política todas las ideologías son falsas y son mentira, son humo, pues nadie puede sin elegir ni poder revocar a sus gobiernos demostrar lo que dice. Un ejemplo de lo que aquí escribo, lo tenemos en España con los partidos llamados de izquierdas, que de izquierdas no tienen absolutamente nada, pues, como comenté antes, aparte de ser todos órganos permanentes del Estado, la ausencia de Libertad Política marca la razón y la causa de que, por ejemplo Partido Comunista, IU, PODEMOS, o Esquerra Republicana, por nombrar a algunos, predican la república y el comunismo, en cambio llevan más de cuarenta años viviendo de una Monarquía, y muy bien además, y no una Monarquía cualquiera, sino una Monarquía puesta y diseñada por un Dictador, siendo este hecho un destrozo de la moral y del cerebro para todos aquellos que se consideran de izquierdas o republicanos (estos últimos no tienen por qué ser de izquierdas como equivocadamente se cree o se piensa en España), ya que votan a partidos conservadores de lo que hay. En España no existe la izquierda política como tal, porque no hay Libertad Política y cualquiera, en España, puede decir lo que le venga en gana, ser solo son lo que son, según el Tribunal Constitucional de la Jurisprudencia europeo, que es el de Bonn, todos son órganos permanentes del Estado, esto es, que hagan lo que hagan, roben, maten o se corrompan seguirán ahí y los españoles no tienen otra opción ni alternativa, únicamente aquella que marca lo que hay establecido dentro de la veda de la legalidad, del consenso, desde el único poder soberano que es el del Estado, dominado por las cúpulas de los partidos en consenso como valor supremo, sobretodo de los más grandes. Jamás un partido estatal puede ser nunca de izquierdas, eso es falso rotundamente, la izquierda le pertenece a esa parte de la sociedad civil que pretende un cambio o una revolución, siempre en la sociedad civil y no en el Estado.
Hoy, en pleno siglo XXI, en Europa tras la Segunda Guerra Mundial y en España a la muerte del dictador, todos los partidos abandonan su punto de origen y su naturaleza que es la sociedad civil y se instalan en el Estado, se hacen facciones estatales, quiere decir esto que, el poder lo tienen ellos, especialmente las cúpulas de estos partidos, rompen sus principios originarios, pues los partidos nacen en la sociedad civil como puente de unión entre los individuos y el Estado, nacen como consecuencia inevitable de la libertad de asociación. Traicionan a la sociedad civil de donde proceden para instalarse precisamente en el lugar del cual la sociedad civil debe protegerse. Las facciones en España han robado la Libertad Política de los individuos y la guardan dentro del coto de la legalidad estatal, nadie es legal si no se está dentro del consenso entre órganos del Estado que son los partidos, ellos poseen la acción política legal, y esta es la prueba de que no hay democracia, de que no hay Libertad y de que todo en España es falso y es mentira. Solo la honestidad intelectual, que consiste en no aferrarse ni obcecarse en sentimentalismos ideológicos y atender a la realidad observable, sin miedo, asomar la cabeza a lo que nos rodea y considerar hasta qué punto estamos dispuestos de seguir permitiendo la destrucción y la corrosión de todo y a qué precio, porque si es antes el cinismo que nuestra libertad y sentido común como individuos, la ideología ha vencido a la vergüenza pública; ideologías todas falsas sin Libertad Política. Sin Libertad Política no hay ciudadanía, hay servidumbre, que se hace voluntaria en el ejercicio en la urna cuando no hay Democracia como sucede en España.
La Libertad Política es aquella donde no hay Derecho, es la que crea el Derecho, es la que permite al ciudadano elegir y revocar a sus gobernante y no se debe de confundir con el mito de la soberanía popular, pues ese concepto es falso, la soberanía nunca la tienen el pueblo ni la puede tener, la tienen quien tiene en sus manos las armas, el ejército o la facultad de cambiar la Constitución o de declarar un Estado de excepción o de sitio, además, los gobernados no deben tener la soberanía, es ridículo pensar eso, lo que debe de tener la sociedad civil gobernada es Libertad Política para poder controlar esa soberanía, para controlar al poder.
El conformismo, pecado de pereza capital, la pasión de tranquilidad que devuelve en quietud, propia de los cementerios distante y divergente de la natural inquietud del ser humano a lo largo de su vida en lo que le acontece y lo que le rodea, y la costumbre de convivencia con la corrupción y la prevaricación de los gobernados con clase estatal, su complicidad en las urnas de la Partidocracia, hace que el delito ya no sea un escándalo, puesto que siendo inédito el escándalo, lo escandaloso, en España, sería que los gobiernos estuvieran en la cárcel todos. El miedo tradicional hereditario de generación en generación de casi un siglo de gobiernos autoritarios a todo lo que es política de los españoles, el constante sometimiento mental, la inherente tiranía del consenso, de coacción en la moral y la mente en las sociedades de las apariencias desde la dictadura hasta día de hoy en el Régimen de partidos estatales, constituyen hoy el resultado de lo que sí podemos ver y observar, que es la incapacidad de poder aceptar la verdad pública de la mayoría de los españoles, ya que los pondría a todos ellos en evidencia ante toda la sociedad. Es por eso que los españoles ya no crean en nada, más que en la obediencia ciega al que los miente, los humilla y les roba a diario en su cara. La servidumbre voluntaria. La quietud e indiferencia de los individuos ante las injusticias gubernamentales, el oportunismo de algunos de alcanzar poder, cargos o riquezas; esa corrupción moral en las urnas que muestra la servidumbre voluntaria y resume el grado ingente e íntegro de corrupción moral de la sociedad en el terreno público, votando a quien les somete sin posibilidad de elegir absolutamente nada, sin elegir a sus representantes ni a quien les tiene que gobernar, son algunos de los factores que muestran y marcan con clarividencia y evidencia las causas principales de que, ante la destrucción y la corrosión de todo y de todos, como en la Dictadura en cuarenta años y hasta la muerte del Dictador en la cama, no haya el más mínimo átomo de oposición a lo que hay, porque en el mayor de los casos se ignora, y si se sabe, muchos son los que miran para otro lado o lo niegan por oportunismo, cerrazón y soberbia, porque ya ni vergüenza da ir a votar en público a facciones sumidas en la corrupción e infectadas hasta la metástasis por el crimen de Estado; denuncio pues la falta de valor y consideración de aquellos que se niegan a aceptar haber estado participando en un fraude toda su vida, porque son cómplices y culpables de tal ignominia social y política.
Pero amigos, no son las leyes de los hombres las que mandan, hay leyes mucho más potentes, esas son las leyes de la naturaleza, esas no fallan nunca, y señalan al traidor, al mentiroso, al oportunista, al abusón, al corrupto, y también señalan el principio último en que se basa la Libertad Política Colectiva que es el principio y valor de la verdad, sin verdad no habrá jamás Libertad, por eso hoy en España es falso hasta el aplauso. España está en una constante crisis de Estado desde la Transacción española, imparable e incuestionable, y que, en los propios términos políticos, ineludible e inexorablemente, viviendo la degeneración de la Dictadura o del Régimen anterior por otros medios en la línea del poder, que responde perfectamente a la teoría de las degeneraciones de las formas de gobierno que definen los clásicos como Aristóteles. De la dictadura se pasa a su degeneración que es la oligarquía, lo que hay hoy en España, una oligarquía de partidos dentro del Estado. Esto, los españoles, podrán o no querer seguir mirando para otro lado o engañándote a ellos mismos y a los demás negando la evidencia de los hechos que tienen delante, pero es la naturaleza misma de las cosas y los hechos observables y contemplables los que dictan el futuro de España, y si realmente se quiere o no una Libertad Colectiva que nos permita salir del marasmo y la confusión, del leganal del Estado de partidos, con la apertura de un necesario periodo de Libertad Constituyente para todos los españoles, que se debió hacer y no se hizo durante la Transacción española, y no transición como equivocadamente se dice, y que hoy, podemos corroborar sus efectos nefastos.
España pagará, y pagará su cerrazón, su carencia de espíritu y conciencia colectiva como nación, su sabiduría innata de creer saberlo todo sin saber de nada, pagará su corrupción moral y su servidumbre voluntaria en las urnas. Sólo el principio de lealtad entre individuos, la valentía y la dignidad en conciencia para traer a España la Libertada Política Colectiva y con ella la Democracia formal como reglas de juego constitutivas, reconocida en otros países como EEUU, será la luz al final del túnel, aliciente principal para abrir un periodo de Libertad Constituyente y sea el comienzo para forjar, desde la sociedad civil, una conciencia común, un amor a la patria, la ruptura total con el pasado, con la tradición franquista que está hoy en los genes de las nuevas generaciones mediante el miedo, el complejo y la vergüenza de ser libres, mediante las espinas recalcitrantes provenientes de creencias y tópicos ridículos que vienen del pasado. La Libertad Colectiva arregla y produce una energía moral totalmente nueva y renovada fruto de esa Libertad, ya como ciudadanos y no como esclavos; construirá de nuevas su futuro social y político, descubrirá y devolverá un espíritu limpio e innovador; tirará la casa vieja y podrida desgastada por los temblores de la corrupción y el abuso constante y sistemático de poder y que mantiene arruinada y humillada moralmente a la sociedad española por los efectos de la mentira constante, el cinismo como principio y por sistema y construirá una casa nueva desde los cimientos de la sociedad civil que dará al nuevo edificio la personalidad, el carácter y la sabiduría que la Libertad de los españoles decidan tener; espíritu que está atrapado y arrebatado en la noche eterna, laberíntica y oscura del Estado de partidos.
En España millones de españoles van a la urna para decir que todo siga igual, para decir “miren, yo también me corrompo”, para decir que están de acuerdo con el Régimen y las reglas de juego, que siga la corrupción de todo y de todos. Van a la urna para tirar su dignidad como individuos e instituir amos que no conocen y no saben cómo llegaron hasta ahí. Van a la urna a dar permiso para que la corrupción de la clase estatal sea legal y legítima. Millones de españoles votan a partidos con un nivel de corrupción infinito e ingente de manera tradicional y sin raciocinio de tal acción. Van a la urna para que nunca haya democracia ni Libertad de todos. Para no ser convecinos, es decir, ciudadanos, sino esclavos voluntarios, pues votar sin democracia es un signo de servidumbre y de complejo de asumir que el pueblo no es capaz de caminar en libertad, y eso es rotundamente falso, pues basta con dejarlo que camine en libertad para que se caiga y aprenda, como un bebe; y así se forja y se sostiene la posibilidad de madurar como pueblo y no vivir en un estado de infantilidad, esperando a que el Estado venga a cambiarnos el pañal cada tanto, pues lo que sucede hoy es que, el Estado, ya no vienen a cambiar nada y cada vez viene menos, y lo peor y los valores más negativos de cualquier pueblo, se reúnen en España y relucen por los poros, desde la sociedad gobernada hasta la clase estatal gobernante.
Antonio HR, domingo 7 de noviembre de 2021.
Excelente.
Me sorprendió el escrito, perfecto.