Reflexiones sobre Thomas Paine, la semilla de la Revolución y de la Libertad.

 

Un retrato de Thomas Paine, sobre el autor, sus fuentes e influencias.

Es para mí un verdadero reto tan solo nombrar a este magnífico pensador de la Libertad y de la Revolución, Thomas Paine, inglés de nacimiento, en concreto en el condado de Thetford, Norfolk el 29 de enero de 1737 y muere en Nueva York el 8 de julio de 1809, fue escritor, filósofo y ensayista, publicista y político, miembro de la Convención de Filadelfia y director del Pennsylvania Magazin. Promotor del liberalismo, la revolución, la democracia y la Izquierda política​. Algunos lo consideran uno de los padres fundadores de los Estados Unidos. Gracias a Benjamín Franklin, ministro de exteriores norteamericano, Paine inicia un viaje de la mano de Franklin, dados por lo visto los gustos del ministro norteamericano por los escritos y pensamiento Paine, a Estados Unidos por la causa de la independencia del país. Lo podemos considerar como el primer revolucionario de la era moderna e icono de cualquier referente y acontecimiento que trate de revolución, en el sentido de cambio político y social. Es por eso que, tras mi estudio de varias de sus obras, las más importantes, y haber conocido la dinámica que sigue en cuanto a su lucha por la igualdad de derechos y su lucha íntegra contra los privilegios del poder, sobretodo los que son hereditarios, la importancia de su mensaje tanto en la sociedad como en la política coetánea y su aportación al cambio político de su época, especialmente por haber participado directamente en los dos acontecimientos políticos más importantes probablemente de la historia de la humanidad, esos que cambiaron el rumbo de la historia, la Revolución francesa y la Revolución norteamericana, he considerado mostrar y hacer una pequeña tesis de algunos de sus escritos de los que me parecen personalmente más significativos de su obra; en este resumen aludo en concreto a su obra El sentido común, (portada original en la imagen), artículo no muy extenso ni complicado para la lectura pero valioso como para tomar nota en cualquier acción política actual dado su carácter directo y vivo en la exposición de su lenguaje, he querido pues agarrarlo como un ejemplo de innovación del pensamiento de su época para aplicar lógica y perfectamente a lo que los tiempos de injusticia política y social nos puedan acontecer en la actualidad.

Hombre de poca formación, Thomas Paine, se deriva en las influencias y fuentes de los movimientos liberales del siglo XVIII mostrándose fiel a su dedicación a temas de historia y de las ciencias naturales, como ejemplo un gran referente para su conocimiento es Isaac Newton, en el que se escuda para refutar la metafísica teológicamente conservadora de Descartes. También como señala otro pensador de la época, H.H.Clark, sus fuentes más notables de influencia en su pensamiento aluden al cuaquerismo, influencia natal ya que lo vive personalmente en seno familiar; su dedicación a los temas religiosos  se pueden mostrar en su obra La edad de la razón, donde destaca una gran relación lógica en el hecho de orientar los conocimientos religiosos adquiridos en su familia a las prácticas sociopolíticas para la Independencia de los Estados Unidos Americanos; el deísmo, influencia que predominaba en los liberales coetáneos como el mismo Paine, le vincula hacia una posición contraria del cristianismo convirtiendo la religión de un modo espiritual hacia lo natural, pues este modo religioso no admitiría un esquema humanístico de las ideas de Paine que reivindica en contra de las acciones del cristianismo en cuanto a las persecuciones y torturas de épocas anteriores. Es en la antigüedad clásica el lugar donde encuentra sus recursos literarios y el fundamento de la defensa de sus ideas, así como la recién aparecida en escena antropología de donde talla su concepción de sociedad y de gobierno, son las primeras religiones, así como la francmasonería una tendencia del pensamiento para aplicar sus doctrinas a su acción política.

No podemos dejar sin destacar en la trayectoria política de Paine sus conocidos capítulos beligerantes que podemos ver en la obra El gran debate (foto de la portada en la imagen), donde se discuten los fundamentos y justificaciones para la construcción de las formas de gobierno y la constitución, con otro pensador del lado opuesto al pensamiento iusnaturalista sostenido en los fundamentos de la razón de Thomas Paine, Edmund Burke, pensador y político inglés de influencia conservadora; esta emocionante disputa del momento marcará de ahí en adelante lo que hoy venimos a conocer como el conservadurismo y el progresismo, el primero defendido por E Burke y el segundo por T Paine. Al igual que sucedió posteriormente en 1814 en Alemania, ya entrado el siglo XIX, con la viva polémica que se desata entre historicistas, quien defendían los derechos históricos adaptados a los acontecimientos históricos, en oposición a los codificadores, quienes eran partidarios de la creación del ex novo del Derecho, esto es, una innovación del Derecho y los sistemas de legislación y ordenamientos jurídicos; (en la imagen recreación de las polémicas entre historicistas y codificadores, Ensayo de coro), los primeros, que tenían como referencia principal la obra de Savigny escrita en el mismo año 1814, donde el autor defiende una progresión orgánica de una selección de materiales jurídicos históricos en oposición al método codifista y, en oposición al modo conservador de los historicistas, encontramos a Thibaut, quien encabeza dicha oposición al movimiento historicista con una obra escrita el mismo año 1814, defendiendo un códice de conveniencia en peso de unas normas racionales y ajustadas a las nuevas ideologías liberales dejando de lado las viejas costumbres legislativas de los antepasados históricos. Esta lucha política de ideas trae consigo una clara semejanza y es un claro ejemplo de lo que hoy en día podemos contemplar en cuanto a las ideologías conservadoras y progresistas de nuestra época, que están cortados por el mismo rasero y parten de ese enfrentamiento político de Thomas Paine y Edmund Burke, tradición histórica contra un nuevo sistema de derecho.

La innovación marca su diferencia.

Habiendo marcado las principales insignias, tanto personales como las influencias intelectuales del pensador inglés, podemos destacar de Thomas Paine su distinción del resto de pensadores de su época debido a su discordancia con estos en la perspicacia y originalidad de su obra por la influencia de esta en el seno de las sociedades del momento y en las de épocas posteriores. Su obra literaria no va más allá de lo que, a cualquier individuo no pueda alcanzar su entendimiento, su simpleza en el lenguaje como hombre de pueblo, hace que este pensador pueda llegar directamente a la compresión de cualquier persona. Su defensa íntegra de los derechos y libertades de los individuos que refleja en su obra Los derechos del hombre, donde nos muestra hasta dónde puede llegar la dedicación de un hombre en la lucha por los asuntos de los ciudadanos, pues es en este sentido donde podemos encontrar las discordancias y contrastes con otros pensadores de las épocas de las revoluciones, cuyas obras se centran principalmente en apoyar la lucha por los intereses de las clases burguesas. La causa que personalmente considero que hace destacar a este pensador sobre los demás coetáneos es su decisión y su innovación en prácticas sociales, totalmente desconocidas en ese momento de revoluciones y de revueltas populares tanto en América como en Europa. Sobresale en términos de principios morales desconocidos, inimaginables y, que, a posterior, son certeros en su aplicación a los sistemas de gobierno que se utilizaran especialmente en las convenciones tras la Independencia de los Estados Unidos. Para mí, si hay una razón para hablar de democracia en EEUU y para que posteriormente se hablará de Igualdad de derechos como reflejan obras tan significativas en los lares de la Libertad como es La Democracia en América de Aleix de Tocqueville, primeramente, tenemos que hablar del pensamiento y dedicación íntegra en peso del pueblo y la moral naturalista de Thomas Paine; la fijación por la razón y por la naturaleza humana hace de este pensador un lugar de partida en las ideas del cambio y la independencia, de los movimientos populares posteriores, de conseguir una unión moral de los ciudadanos en peso de la Libertad y de la Democracia, caracterizados por una fuerza y una lista de nuevos principios renovadores para la creación de un nuevo orden tanto de gobierno, legislativo y jurídico y un rechazo a lo que venía siendo hasta entonces los viejas técnicas arcaicas y medievales del absolutismo y la tiranía por gobierno, en especial y en esta obra sobre los abusos de poder de la Monarquía y el Parlamento Inglés.

 

Algunos pensamientos y citas de Paine. 

Si hubiera una palabra con la que pudiéramos relacionar a T Paine, esa sería la palabra revolución, vista desde su punto de vista de una manera positiva, esto es, instructiva, y no de una manera negativa que sería la aniquilación de lo habido; aunque hablamos de cambio necesario para la implantación de las nuevas tendencias sociopolíticas, en cambio, son las nuevas ilusiones por el cambio y lo nuevo lo que da positividad al pensamiento y mueven a Paine a desarrollar su obra. Marca el hecho de que, una revolución triunfa cuando los principios que la crean, la desarrollan y la mueven, deben de ser homogéneos en los individuos, son los mismos principios que ayudarían a crear las nuevas formas de gobierno, y muestra con esto, que posteriormente a él, muchas de las revoluciones que fueron apareciendo en la escena política internacional fueron un fracaso, empezando por la Revolución Francesa, y siguiendo por muchas otras de tiempos contemporáneos, porque estas no representan nada más que un cambio momentáneo de las personas o de las situaciones pero no unos nuevos principios colectivos de los individuos. Como por ejemplo, su alusión a lo que debería ser una constitución, algo muy lejos de lo que hoy podemos observar incluso, no solo en la España del siglo XXI sino en toda Europa, donde no existe una constitución de la manera en que Paine describe, y es que, para el desarrollo de las máximas, marca una pauta protagonista de los principios morales de una sociedad determinada donde se redacta de mutuo acuerdo entre los ciudadanos y los integrantes del Estado y no por facciones partidistas que suelen entablar para su beneficio formas y estructuras de poca duración y que conllevan a la pura y mera corrupción y abuso de poder. Su viaje de ruta desde los derechos naturales, basados en la creencia de que el hombre es bueno y se corrompe por el mal gobierno y debe de unirse en la causa para cambiar las formas políticas y crear una república, que rechaza de facto la tradición pactista conservadora que defiende que el hombre es malo por naturaleza y trata de instalar una monarquía imponente que sujete al pueblo. Paine defiende que los individuos de una sociedad deben guiar sus vidas a través de un pacto o acuerdo social común de carácter natural de donde nacen los derechos civiles y derechos individuales.

Quiero destacar en Paine, un tema del que hoy en día en la actualidad política en España se está sacando a relucir que es el asunto de la autodeterminación de los pueblos, ojo con este tema, pues es muy común escuchar en la propaganda separatista, me refiero al tema del secesionismo en Cataluña como se pueden ustedes imaginar; el derecho de autodeterminación de los pueblos, para Paine derecho natural y que no está en el pensamiento de ningún otro intelectual de la época, es derivado solo y exclusivamente a la independencia lógica de los pueblos colonizados en América, que esto quede claro para cuando oigamos propaganda separatista en los medios, de aquí viene el derecho de autodeterminación precisamente, de la necesidad de independencia de las nuevas colonias americanas frente a la odiada y tiránica Inglaterra; este pensamiento sobre el derecho a poder apartarse de las fauces del gobierno inglés y su opresión a los habitantes de las colonias, hecho que no quita de que Paine tenga un sentido cosmopolita y humanista que recuerda de manera instructiva gracias a los pensamientos de los antiguos estoicos que desembocan en el esquema jurídico de Paine que son parte de lo que nombra derechos naturales. Algo totalmente imposible de aplicar en el caso del separatismo catalán y sus intenciones de estatalismo. No es ningún derecho natural tomar poderes del Estado como norma jurídica natural de esa región, pues esa región jamás fue colonia ni invadida en ningún momento por ningún reino, sino que ha pertenecido continuamente tras la historia siempre como otra parte más de la nación española. La autodeterminación política se resume en un nuevo derecho natural acuñado por el pensador para los colonos americanos, que se desmarca de los límites y del sentido individualista de los liberales de la época, esto se explica porque este nuevo derecho de autodeterminación ya no solo es el derecho del individuo a sus libertades y propiedad en las relaciones de intercambio en la burguesía capitalista, sino que Paine, incluye en este derecho a todos los ciudadanos, ricos y pobres, para constituir una nueva comunidad política.

Es imprescindible en cuanto al conocimiento de su obra, atribuir a Paine la incesante lucha por la igualdad en cuanto al sufragio ante la desigualdad que establecía la legislación liberal de la época, dando solo a los propietarios y la alta burguesía el derecho a votar, Paine, establece una lucha incesante ante esta desigualdad social de derechos en una defensa para la igual participación de todos los ciudadanos de mayoría de edad de la sociedad y su igual participación en los asuntos políticos y públicos. Justifica esta reivindicación de derechos en el sufragio por una razón tan sencilla como pensar que la propiedad es algo variable y cambiante en los individuos, es decir, que hoy un individuo pueda tener propiedades y que por cuestiones naturales de la vida pierda esas propiedades, lo que hoy le da derecho a la participación mañana ese derecho se le retire, es decir, la cambiante fortuna no puede influir en la libertad de participación política.

La lucha por la libertad de religión y su tolerancia, un hecho que tomó conciencia entre los individuos de las colonias americanas desde un primer momento, pues fue la fe la causa que guió a los primeros colonizadores ingleses que se reconocían en el plano de la igualdad en todas las religiones. Paine alude a la prohibición de la libertad religiosa en toda Europa debido al despotismo del cristianismo militante, tesis que se puede encontrar en su obra La edad de la razón;  como segundo  punto en defensa de la libertad de religión, Paine pone a la vista en el mismo plano la tolerancia e intolerancia como algo antiguo y pasado que debía olvidarse y cambiarlo en su lugar por la institución del derecho universal de conciencia que sería la única forma de acabar con toda clase de tiranía religiosa. No solo es en su obra La edad de la razón donde expone su polémica en contra de ciertas interpretaciones de los textos bíblicos, también en todas las demás obras, Paine, tiene un sentido crítico en sus observaciones sobre algunas consideraciones simplistas de otros pensadores y relaciona llevando a la práctica determinados doctrinas de los textos sagrados a sus ideas políticas.

Como resumen de su integra lucha por la igualdad de derechos, destaco para mí la más importante de todas, esa es la rotunda oposición a la monarquía hereditaria. T Paine, nos muestra una magnífica reflexión que nos enseña a entender que nuestros antepasados, como nosotros mismos, no fueron otra cosa que usufructuarios del dominio de los derechos, dice que el dominio absoluto ni estaba en ellos ni está en nosotros, sino que pertenece a toda la vida de los humanos en todas las edades del hombre. Dejaré aquí este asunto en concreto sobre la interpretación de Paine sobre el gobierno hereditario, tan solo a dejar como muestra algunas de las citas donde refleja la razón de su postulado en cuanto a la monarquía hereditaria.

Si pensamos de manera distinta, pensamos como esclavos o como tiranos. Como esclavos si creemos que cualquier generación anterior tuvo el derecho de obligarnos, y como tiranos, si creemos que tenemos autoridad para obligar a las generaciones venideras”.

(Thomas Paine, El sentido común)

 

En cuanto a lo que, para Paine, en cuestión de Derechos atañe a los menores y a los mayores de edad en una sociedad, quiero destacar esta reflexión como ejemplo de lo que resultaría para el pensador inglés en cuanto al mantenimiento y de preservación de los derechos en ambas edades y su integridad.

Los derechos de los menores durante el periodo de minoría de edad, están bajo la total custodia de los mayores. El menor no puede enajenarlos, el tutor no puede desposeerlos de ellos; en consecuencia, la parte de los mayores de una nación, que son legisladores en ese momento, y que en el transcurso de la vida no están sino unos pocos años de los que están por delante de quienes aún son menores, y que en breve ocuparan su lugar, no pueden ni tienen derecho a hacer una ley que establezca el gobierno hereditario, o, para hablar más claramente, una sucesión hereditaria de gobernadores; porque es un intento de privar a todo menor de edad de la nación, en el momento en el que tal ley se hace, de su herencia con los derechos que obtendría con su mayoría de edad, y someterlo a un sistema de gobierno al que no pudo dar su consentimiento ni objetar durante su minoría de edad”.

(Thomas Paine, El sentido común)

 

Paine hace referencia a las generaciones y al tiempo de gobierno cuando dice que cada época y cada generación, en cuanto a derechos se refiere, deben de ser libres para actuar en sus decisiones por sí mismas en todas las circunstancias como las épocas y generaciones que las precedieron.

La vanidad y la presunción de gobernar más allá de la tumba es la más ridícula e insolente de todas las tiranías

(Thomas Paine, El sentido común)

 

Para Paine no hay razón posible en cuanto a que el hombre pueda tener propiedad sobre el hombre ni tampoco una generación sobre generaciones posteriores, tan sencillo como entender que, si una generación permite y está dispuesta a ser esclava, no menoscaba el derecho de las generaciones venideras a ser libres. Como justificación principal a esta desigualdad social para Paine, es el contraste que expone ante el gobierno hereditario poniendo como solución al gobierno representativo o de elección, razonando por exclusión que si el gobierno hereditario no tiene derecho a existir por su carácter desigual ante el derecho natural de los humanos, mostrando y probando de que no tiene tal derecho, indica que el gobierno representativo admite ese derecho de manera íntegra porque aduce que el gobierno representativo es la única base verdadera de la igualdad de derechos, su origen está siempre a la vista de cualquier generación de individuos y es el hombre el origen y evidencia del derecho.

No solo es la monarquía hereditaria a la que Paine revela una magnífica oposición, también la forma de gobierno de la Aristocracia es un impedimento para que haya el más mínimo átomo de libertad e igualdad. Atribuye el origen de la Aristocracia al crimen y a ladrones, incluso la tacha de parásitos, en alusión a estas declaraciones, Paine, aduce que todas las propiedades y territorios que hoy por ley son propiedad hereditaria, fueron arrebatados a sus habitantes de origen por la fuerza y la sangre, que los terratenientes de esos grandes latifundios no tuvieron oportunidad de defenderlas y que no fue de manera honrada su adquisición. Pone como ejemplo los territorios ingleses y las tierras de Bretaña, donde si preguntáramos de manera sincera de que manera fueron adquiridos esos territorios por la realeza, no habría otra respuesta que la de el saqueo y el robo; que los progenitores aristócratas fueron, en resumidas cuentas, unos asesinos y ladrones. Una de las consideraciones que personalmente me llama la atención, es la atención que presta el pensador en cuanto a la propiedad adquirida, cuando habla de dos tipos de adquisiciones, la una, como hemos mencionado anteriormente es la del robo y el saqueo, y la otra, se refiere a la adquisición por comercio, trabajo, intercambio o trueque, y que en este modo adquisitivo son la igualdad de derechos el escudo del equilibrio y progreso, en cambio, no deja de señalar que para mantener una propiedad robada hace falta también de un monopolio de derechos, y es aquí a donde quiero llegar, y es que, estoy de acuerdo en decir que aquel que roba, se molestara en crear una leyes para que esa propiedad quede asegurada, ¿os suena?, y es que cuando el ladrón es el legislador, sólo queda la insurrección del pueblo para solventar la tiranía de tal hecho, hecho que hoy, en pleno siglo XXI, sigue tan vivo como flor en primavera.

Que un pueblo como el español, tras más de 80 años sujeto a gobiernos autoritarios, no de aristocracias, pero si como actualmente sucede de oligarquías, no solo las repercusiones son de carácter físico en el sentido de la propiedad y la riqueza, influyen directamente en el carácter mental y moral de los individuos. Al igual mismo que la esclavitud, que debilita las facultades humanas a consecuencia de un efecto de sometimiento con el paso del tiempo que aparece discretamente en la mente de la persona, pasa lo mismo en el caso contrario, cuando el control es sostenido por la estupidez, el individuo se hace incapaz de ejercer esas facultades y degenera en imbecilidad, donde la corrupción y el ansia de poder se hace cada vez mas grande por falta de control sobre él, el resultado como podemos ver cotidianamente se hace cada vez más insostenible y más misero y jamás se puede esperar nada bueno de ello, algo que estamos muy acostumbrados a ver en el esquema político actual en España, y es que la puerilidad de su objeto consume a los hombres.

Una de las citas que más me han marcado de este Sentido común de Thomas Paine, es la siguiente cita:

Es necesario en todo tiempo, y muy en particular durante el progreso de una revolución y hasta que las ideas se confirman por costumbre, que refresquemos frecuentemente nuestro patriotismo acudiendo a los primeros principios. Situando a las cosas en sus orígenes, aprenderemos a comprenderlas y, teniendo siempre a la vista su origen y evolución, nunca las olvidaremos”.

(Thomas Paine, El sentido común)

 

Cuando Paine se refiere a pacto social, hace alusión al principio por el cual una sociedad se mantiene unida, cuando habla de opinión, habla de mayorías y minorías, es decir, de democracia, porque dice que la mayoría de las opiniones se convierta en la regla para el todo y que la minoría se rinda en obediencia práctica, afirmando que todo hombre tiene derecho a dar su opinión, siempre y cuando, ningún hombre tenga derechos que su única opinión gobierne a los demás. 

Cuando habla del ejecutivo lo hace de una manera muy simple y clara, y es que sigue hablando de democracia, pues atribuye a su pensamiento la separación de poderes necesaria para que el poder pueda ser dispuesto; uno la de decretar y disponer las leyes, ese es el Legislativo y, la de ejecutarlas y ponerlas en práctica, esa es la pauta del Ejecutivo. La primera corresponde a las facultades intelectuales de la mente humana que pondera y determina lo que se ha de hacer y que estas consideraciones surgen de la elección de representantes del pueblo, por eso aquí Paine, aclara que no se puede asociar la democracia antigua, la griega, a el sistema representativo ni a la democracia representativa. La segunda, el ejecutivo, la atribuye a los poderes mecánicos del cuerpo humano que pone aquella determinación en práctica. Paine pone un punto de humor en esta consideración del Ejecutivo cuando dice que si el Legislativo decide la ley y el Ejecutivo no actúa es un estado de imbecilidad y, que si la segunda, el Ejecutivo, actúa sin la predeterminación de la primera, el Legislativo, es un estado de locura. Declara que, sobre el ejecutivo, no está investido con el poder de deliberar si actuará o no; que no tiene autoridad discrecional en el caso, porque no puede realizar nada que las leyes no establezcan y está obligado a actuar conforme a ellas, define al Ejecutivo como el departamento oficial responsable de ejecutar las leyes, de los cuales, destaca al poder judicial el primero.

Para terminar esta pequeña tesis sobre la obra de Paine El sentido común, y también del resto de sus obras basadas en la lucha contra la tiranía y el despotismo y su afán por conseguir la igualdad de derechos mediante un sistema representativo, evitando siempre los gobierno hereditarios, Paine nos deja unas pautas para seguir y cómo abordar una revolución, dejando claro la distinción entre los medios para conseguir derrocar al gobierno autoritario y despótico y después de cómo preparar y mantener en camino de la Libertad. Aclarando que la justificación de los medios para derribar un mal gobierno es la necesidad y que por lo general alude como solución llevar a cabo insurrecciones desde la sociedad en términos generales y por experiencia; explicando que mientras existe el despotismo en cualquier país no habrá otro medio para combatirlo. Afirma que nunca se ha de esperar que en una revolución todos los hombres de la sociedad vayan a cambiar de opinión al mismo tiempo, pues no existe verdad ni argumento que haga cambiar de opinión a todos los hombres en un día a la par los unos y otros.

Yo voy a atender a una reflexión sobre esto y es que, como he mencionado en otros artículos, más en concreto en el artículo “El camino hacia la hegemonía cultural” (que pueden ver en esta misma web), que aquellos quien encuentren mejor consideración y entendimiento en la convicción de un cambio verdadero y entiendan la causalidad de llevar a cabo la revolución, no piensen en perseguir ni exigir a nadie que entienda o se convenzan de ello, porque entonces se producirá el efecto contrario, Humboldt dice que las puertas de la mente se abren desde dentro, pues bien, dejemos que los sentidos naturales del cuerpo humano, a ritmo de inercia con la opresión, la corrupción y el abuso de poder, haga abrir las puertas de la Libertad y la conciencia colectiva como sociedad en cada individuo, pues como dice Thomas Paine, el principio de la revolución es instruir, no destruir.

 

Una investigación sobre el origen de los derechos nos demostrara que los derechos no son reglados de un hombre a otro, ni de una clase de hombres a otra; porque, ¿Quién podría ser el primero en otorgarlos, o en virtud de qué principio o autoridad podría poseer el derecho de concederlos?”.

(Thomas Paine, El sentido común)

Antonio HR, 27 de agosto de 2021.

 

 

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