Aproximación a Lorenzo Cherbuy y presentación del libro “Ironía, sensualidad y fantasía en el artista”
Los autores consideran que es de justicia la edición de este libro para que la obra del artista gaditano Lorenzo Cherbuy Jiménez obtenga el reconocimiento público que merece. Cherbuy dedicó más de 70 años al arte; pinturas, escultopinturas, poli cuadros, restauraciones, ilustraciones, esculturas, escenografías teatrales, títeres, grandes murales, diseños de joyas y otros soportes; obras que durante tan dilatado espacio de tiempo han sido mostradas en diversas exposiciones y adquiridas por coleccionistas privados, aunque mayoritariamente encargos para decoradores de empresas, bancos, hoteles e instituciones públicas. Pero, dada su personalidad, que lo alejaba de la popularidad, su gran producción no se asocia con su persona y por lo tanto su autoría permanece en el olvido. Devolverle la firma a las obras es el objetivo del libro que tiene entre manos una décima parte del material recuperado durante la investigación. En ningún momento Serrano y Casas, han pretendido editar un tratado de arte al uso, únicamente contribuir a dar a conocer al maestro y alentar a otros para seguir trabajando en el estudio de su legado artístico.
Presentación del libro “Ironía, sensualidad y fantasía en el artista”
Tras agradecer a los asistentes su presencia, hacer las oportunas notas para que los espectadores sepan quienes somos, nos subimos a esta tarima para agradecer al gran maestro Lorenzo Cherbuy Jiménez todo lo que nos enseñó en vida.
Lamentablemente, yo pude disfrutar poco de la suya unos escasos 5 años, pero mi compañero Alfonso Casas Moreno, ceramista por esta Escuela, documentalista y fotógrafo lo conoció toda su vida, al vivir su familia en el mismo bloque que Cherbuy. Ello le hace conocedor de todos y cada uno de sus 14 hijos, e incluso trabajó en Construcciones Aeronáuticas (CASA), de la que se despidió a petición propia para dedicarse a las artes con todas las consecuencias.
No decía su hijo, Lorenzo, que en su casa lo más importante era la libertad. Hecho que contrasta con tiempos oscurantistas que se niegan a abandonarnos y últimamente aumentan cada día, se prohíbe esto y se retira aquello.
Lo cierto es que, me consta que a Lorenzo, no le hubiese gustado una presentación aburrida donde alguien calvo, se sentara para largar sobre asuntos que no interesan a nadie. No es ése nuestro objetivo y permitimos ser interrumpidos en cualquier momento. De esa manera, público y presentadores seremos un todo crítico que aprende y enseña unos de otros.
Tres o mejor dicho 4 son las constantes de la obra de este gaditano nacido en la calle Adolfo de Castro en 1921, tercero y menor de los hijos de D. Francisco y Dª Elisa Jiménez de la Serna, nacida en Huelva y nieta de una creemos preciosa sevillana que enamoró al ingeniero francés Lauren Cherbuy Alexis, que se asienta en Jerez de la Frontera, de este matrimonio nacen dos hijos: el abogado, profesor de Filología y Bellas Artes Don Francisco Cherbuy, hispano-francés, como su hermana Obdulia, que llegaría a ser diputada de la Cámara de Diputados de Francia, siendo la primera hispano-gala en ostentar tan alta distinción. El padre de doña Elisa era nada menos que el Delegado de Aduanas de Cádiz, siendo Cádiz, durante el primer tercio de siglo, de los puertos con Barcelona y Bilbao lo que más movimiento y fletes tenía España.
Y lo que son las cosas, Francisco, padre del artista que ha estudiado sus tres carrera en Francia, Italia y Alemania decide ejercer su profesión de abogado, en principio en Valencia, aprovechando para ello su doble nacionalidad. Sabemos también que ganó oposiciones obteniendo plaza en la Escuela de Peritos Industriales gaditana. Se conocieron porque Francisco, que andaba bien en cuanto economía, no alquiló casa sino que se alojó en el Hotel Roma, justo frente a la actual Diputación Provincial, por entonces la Aduana de Cádiz, ésa es la razón de un edificio tan importante como el que contamos hoy.
Tuvieron 3 hijos: Manuel, Dolores y Lorenzo, en honor al abuelo francés Lauren. Y como allí vivía Elisa que era preciosa señorita de alta clase media gaditana, buena pianista, culta y muy bella, se enamoraron inmediatamente y se casaron.
Pero es la vida cruel y en 1924, en plena juventud fallece Francisco, el padre del artista. Explicar que, “Diario de Cádiz”, habla sobre lo del carro y del tumulto de los estudiantes.
Doña Elisa, que era una mujer extraordinaria, vendió una de las casas y se llevó a sus tres hijos a un viaje por Europa y así que sus queridos hijos no quedan marcados por la tremenda tragedia. Viajaron por toda Europa un buen número de meses. Tengamos en cuenta que por entonces, Europa, estaba semidestruida como consecuencia de la Primera Guerra Mundial de 1914, posiblemente la razón que impulsó a su esposo a ejercer en España, a ser nuestro país neutral en esta trágica contienda. Cuando vuelve lo hace sin dinero y nos contaba sus hijas, Dolores y Pepi, que era tomada por loca, pero que de loca no tenía ni un pelo, era una mujer libre que encontraba el ambiente social y cultural gaditano del primer tercio de siglo pacato y provinciano. Libre era su bandera, libre era su filosofía, libre era su vida.
De una pareja tan peculiar y no hemos hablado que gracias al abuelo francés, se consigue realizar posiblemente la más importante obra pública provincial hasta los años 50 en la provincia, la gran traída de aguas a los depósitos del Tempul de Jerez. Si alguien quiere comprobarlo existe en el Zoológico, donde están tales depósitos una placa que evoca y agradece al ingeniero abuelo de Cherbuy su gran contribución al progreso gaditano y de toda la bahía.
Pero Lorenzo era un rebelde, posiblemente quedó marcado por el fallecimiento de su padre. No iba al colegio, se escapaba, no estudiaba, protestaba, llegó incluso a huir de Cádiz, siendo aprendido por la Guardia Civil cerca de Conil a los 11 años. Todo lo hizo prematuramente, con 16 para 17 años, que se case con Josefa y tiene de ella 4 hijos. Lamentablemente, si hacemos las cuentas, la muerte le arrebata a su enamorada con veintipocos años, se repite la historia de su madres. Trabaja en todo: incluso en la colla del pescado del Muelle. Aprovechando su corpulencia se hace boxeador profesional, todo para ganar dinero y que sus hijos no pasen calamidades, pero quizás su actividad más duradera fue en El Habanero, propiedad de un cubano que lo tenía en gran estima, trabajaba de planchador para los muchos buques que recalaban en los distintos muelles. Y es entonces cuando entra en contacto con un grupo de intelectuales como Serafín Pro; Fernando Quiñones; Mario Barasona, José Luis Tejada, Pilar Paz Pasamar, Julio Mariscal y Manuel Pérez-Casaux entre otros.
Las reuniones, gracias al cubano, se hacían en el taller de lavado y planchado y el maestro trabajando, hecho que ennoblecen a este empresario que admiraba profundamente el arte de su empleado y conocía las necesidades que lo acuciaba. Justo arriba del taller vivía su hermana Dolores, que esperamos esté por aquí, formaban las mejores tertulias que dieron lugar a la revista “Platero”.
La revista “Platero” fue el inicio del revulsivo cultural gaditano del siglo XX al aunar lo mejor y más representativo del arte: literatura, teatro, teatro de títeres, narrativa y la colaboración extraordinaria de diseño, dibujo, maquetación de Lorenzo Cherbuy. No hablemos más del pasado, veamos las constantes vitales en su obra, que como bien dice el título de la obra que se presenta son 3: SENSUALIDAD, FANTASÍA E IRONÍA y hay que unir a ellas su obsesión por el horror vacui (horror al vacío)
En esta serie de obras vamos a ir comprendiendo la importancia que para el artista supone la “sensualidad”. El placer hedonista, la pasión, el roce de los cuerpos, la falta de pudor…En ningún momento hemos encontrado en unas 800 obras estudiadas pornografía. Si hubiese sido así tampoco nos hubiésemos asombrado pero no le preocupaba, le gustaba el sexo y lo ejecutaba siempre que podía.
La fantasía se instaló en Cherbuy, para ello no tenemos otra cosa que hacer que ver sus producciones en este sentido. Lo idealiza todo, lo cambia todo, lo recrea todo; barcos, insectos, lunas, actitudes, paisajes, escenas cotidianas, oficios y tantas cosas. Firme defensor de la escultopintura, la pintura que aspira a ser escultura y se convierte en ella o, dicho de otro modo, la pintura con volúmenes, bien con tableros o pastas. Especialmente interesantes son sus mandalas que veremos a continuación y que mi compañero y excepcional documentalista y fotógrafos nos mostrará. Y la ironía, su ganas de vivir, su actitud positiva dentro de su humilde forma de vida, padre de 14 hijos, vivía en un pequeño piso de la barriada de Puntales con su esposa Juana , muchas bocas para comer y vivir. Una auténtica tarea de titán.
Muralista excepcional, os invitamos a visitar los del Aparcamiento de Canalejas, Consorcio Zona Franca, Hotel Regio 2, SMAES municipales de 2,5 x 6 m2, y no olvidamos los tres soberbios situados en el edificio Renault, Restaurante La Pepa, El Bogavante, la Góndola, El Andalucía, El Carrusel, el Galaico a quienes felicitamos, por colocar en los zaguanes de sus viviendas con 3 puertas, sendos murales verticales de 4 x 2 m2 representando los mitos Shakesperianos: Romeo y Julieta, El enamorado de la luna y La Sirena, no me olvido de otros muchos que sería muy prolijo y aburrido explicar.
Hemos dejado para el final, puesto que lo pretendemos es que adquieran el libro para, y todos ayudar a montar un museo de este gran artista con obras en Bélgica, Alemania, Canadá, Portugal, Méjico y Estados Unidos.
Y siendo ya medalla del bicentenario, se convierta en hijo predilecto de la ciudad de Cádiz, ateneista de honor y doctor honoris causa por la UCA. Cuando se quiere se puede.
No hemos hablado de su faceta como escultor, diseñador de joyas, ilustrador de libros, escenógrafo reputado en Madrid y tantas cosas.
Hoy es el día de Lorenzo Cherbuy Jiménez, un gaditano que glorifica Cádiz por el mundo, Andalucía y España y lamentablemente casi desconocido en su propia ciudad cuando casi nunca la abandonó, y aquí realizó la inmensa mayoría de su obra.